lunes, 16 de marzo de 2009

ENTREVISTA AL DR. PABLO SÁNCHEZ VELARDE

“El país se indignaría si Fujimori es absuelto”

El suyo es un destino marcado por el trabajo en la Fiscalía. Desde que sintió el llamado del Derecho ha sido, sucesivamente, Técnico en abogacía, Secretario letrado de la Fiscalía Suprema Penal, Abogado del Pool de Fiscales, Fiscal Adjunto Provincial destacado a la Fiscalía Suprema Penal, Fiscal Adjunto Superior, Fiscal Provincial y Fiscal Superior Penal Titular. Antes de ser designado como Fiscal Supremo Titular se desempeñó como Fiscal Superior Especializado para casos de corrupción y a la vez Fiscal Superior Coordinador de las Fiscalías Especializadas Anticorrupción. Todos los cargos han sido suyos alguna vez, de ahí que esto haya pesado sustantivamente al momento de elegirlo como nuevo presidente de la Academia de la Magistratura. Al margen de las nomenclaturas, el Dr. Pablo Sánchez Velarde goza de una franca estima en la opinión pública y los hombre de leyes, y todos reconocen su autoridad y honestidad como acusador del Estado. Aquí las impresiones de un hombre nacido para ser Fiscal.


— ¿Cómo así decidió ser abogado?
— En realidad yo andaba interesado por la vida militar o la psicología, pero por cosas de la vida postulé a derecho e ingresé. Al poco tiempo, desde el cuarto año, me pongo a trabajar en la Fiscalía, pero desde un año antes ya era asistente de cátedra del doctor Hurtado Pozo. O sea que desde hace más de 25 años tengo un pie aquí y otro allá. Desde mis prácticas en la Fiscalía ya me identificaba con este organismo, y progresivamente hemos desarrollado un cariño por nuestro trabajo y por la institución.

— ¿Diría usted que es un cariño correspondido?
— Bueno, la mitad de mi vida la paso en la Fiscalía y la otra mitad en mi casa y en las universidades, pero creo que más horas le dedico a la institución. Felizmente mi esposa y mis hijos comprenden mi trabajo.

— Y cómo así en el área penal.
— En verdad, me dedico al área penal por la motivación que encuentro en mis profesores de aquel tiempo, en San Marcos, como Hurtado Pozo, Roy Freyre, García Rada, entre otros. A mí me impactaban mucho sus clases, y por ahí me vengo a interesar por la materia.

— Años difíciles en San Marcos, ¿no?
— Muy difíciles, sí, había intervenciones policiales, sendero, marchas, el muro sanmarquino y cosas por el estilo.

— ¿No militó usted en algún grupo político?
— No, no, nosotros más bien éramos un grupo académico.

— Un grupo de ‘nerds’…
— No, no (risas) para nada, teníamos mucha consideración de parte de nuestros compañeros.

— A estas alturas de su vida, qué satisfacciones le ha dado su trabajo en la Fiscalía.
— Pues… (Piensa), muchas, muchas. Me ha permitido tomar decisiones para el país y para los particulares, pues cuando uno ve un caso no distingue entre un caso grande o pequeño porque todos son importantes.
— ¿Por ejemplo?
— Bueno, el caso Montesinos, homicidios múltiples, en fin, una serie de casos que nos dejan satisfecho por la labor desempeñada, a pesar que una de las partes siempre tiene un sentimiento inconforme con las resoluciones.

— Qué concepto se ha formado de la verdad en base a todos estos años de experiencia como fiscal.
— La verdad es lo que se espera alcanzar en todo proceso jurídico, pero tenemos que distinguir: Hay una verdad absoluta, que es la verdad ideal que esperamos alcanzar, pero en el trabajo judicial a veces conseguimos la verdad absoluta y a veces la verdad concreta, que es la verdad que se desprende de la investigación y el cotejo de las pruebas. Nuestra misión es lograr que la verdad absoluta coincida con la verdad concreta o material.

— Cómo hacer posible esa concurrencia.
— Es difícil, sin duda. Por ejemplo (y este es un caso de Trujillo, por cierto): Una violación de una menor de 14 años a quien se deja embarazada. El sujeto admite que tuvo una relación pero que no es el padre, y la chica lo señala como el padre de la criatura. Sigue el proceso, se exige la prueba del ADN pero no se practica, y se encuentran una serie de pruebas que incriminan al sujeto. Se dicta una sentencia de 20 años. Va a la Suprema y confirman la sentencia. La joven cumple los 18 años, va a visitarlo al penal y convienen en que se practique la prueba del ADN: Resulta que el niño no es suyo. Plantean una acción de revisión, se revisa la sentencia y absuelven al sujeto. Entonces la verdad concreta se desprende del estudio del caso particular, y no siempre se alcanza la verdad en términos absolutos.

— ¿La judicatura está preparada para ir en busca de esa verdad absoluta?
— Yo creo que en los últimos años ha habido una gran evolución en el trabajo jurisdiccional, especialmente porque los mismos jueces y fiscales se han ido autocapacitando para alcanzar los diversos cargos judiciales. Hoy la competencia es fuerte. Además, hay mucha capacitación institucional, y eso es un avance sustantivo. Dentro de la Academia, por ejemplo, tenemos todo un programa de perfeccionamiento y capacitación para jueces y fiscales a nivel nacional.

— Por cierto, usted fue el único Fiscal elegido en un concurso a nivel nacional, ¿verdad?
— Sí, el año 2006. Hubo un concurso para vocales y fiscales superiores, dimos el examen, y luego de la entrevista fui el único que salió designado.

— Felicitaciones. Cómo ve la implantación del nuevo Código Procesal Penal en el país.
— Gracias. Yo tengo 2 lecturas: Una como docente y otra como Fiscal y presidente de la Academia.

— Nos interesaría especialmente su última lectura…
— Las dos coinciden. Vea, como docente siempre hemos estado involucrado en el tema de la reforma, a pesar que ya lleva muchísimos años anunciándose y recién se ha logrado implantar con alguna seriedad. Este código tiene tres líneas que convergen en el tema de la garantía: desde el proceso mismo, para el imputado y a favor del agraviado, entonces es un modelo procesal garantista y de corte acusatorio, es decir, con características propias de un sistema americano. En este sentido, el Código tiene vigencia progresiva en el país. Huaura, La Libertad, Tacna, Moquegua, Arequipa, y se espera que a partir del mes de abril entre en vigencia en Tumbes, Piura y Lambayeque.

— Pero la reforma también debería ir un poco más allá de la judicatura misma ¿no?, porque al final el problema central sigue siendo el profesional que se forma en las universidades.
— Bueno, todo proceso de reforma tiene tres líneas básicas: la norma, la persona y el lineamiento institucional. Una ley no vale nada si el elemento humano no está preparado para asimilarla y hacerla cumplir. Entonces, tenemos una buena ley, y estamos capacitando a jueces, fiscales y abogados para que se aplique correctamente la norma. A nivel de las universidades, efectivamente, sería deseable que a mitad de la carrera los mejores estudiantes vayan siendo estimulados para formarse en la judicatura.

— ¿Está de acuerdo en cerrar la creación de Facultades de Derecho, tal como ha propuesto el CAL?
— Es un tema discutible, yo estoy de acuerdo con la buena formación en las universidades, si hay que hacer reformas en estos niveles bienvenidas sean.

— Tomás Moro habla de una sociedad feliz sin abogados…
— Bueno, habría que ver eso (risas)

— Dr. Sánchez cómo está viendo el proceso a Fujimori.
— A pesar que casi no tengo tiempo de seguir los informes en los medios, creo que es muy importante el trabajo que viene haciendo la Fiscalía, encabezado por el Dr. Peláez y su equipo, que nos merecen el mejor de los respetos.

— Algunos prefieren el trabajo de Avelino Guillén, especialmente al momento de los interrogatorios…
— Bueno, es cuestión de gustos y formas de trabajar.

— Qué le parece la defensa de Nagasaki.
— César Nagasaki es un excelente orador, tiene participaciones muy interesantes y lo demuestra a cada momento. Tiene un magnífico perfil de un abogado defensor. Lo que no me resulta del todo claro es su defensa a varios personajes vinculados al caso Fujimori.

— ¿Considera que la tesis de fondo de la autoría mediata está bien planteada?
— Es un tema que se ha sustentado ya en todos sus aspectos, pero no es un tema completamente dibujado y agotado en la norma penal. Justamente la doctrina se encarga de desarrollar, debatir, analizar y obviamente no se puede, digamos, asumir una postura en forma categórica.

— No existe una prueba fidedigna o concreta que lo incrimine ¿no?
— Bueno, en casos de esta naturaleza, que son casos complejos, las circunstancias, las formas, los hechos que se han producido son los que nos van a dar luces sobre la participación directa o no de Fujimori.

— Cuál sería la prueba ideal para condenarlo.
— Es difícil, en realidad, que yo le señale alguna prueba ideal porque potencialmente puedo conocer del asunto por razón de mi trabajo, de manera que por el momento prefiero no hacer juicios de ningún tipo.

— Cómo cree que reaccionaría el país si Fujimori es absuelto.
— Ehh… (Piensa). Es una pregunta difícil, pero creo que reaccionaría con indignación. En todo caso hay que estar preparado para ambos escenarios, y habrá que respetar la decisión de la Sala
.
Agradecemos a la Escuela de Postgrado UPAO por las facilidades concedidas para esta entrevista.

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