domingo, 10 de julio de 2011

ENTREVISTA A EDGARDO QUISPE VILLANUEVA

“Nuestro Código Civil todavía goza de buena salud”


Anda con su libro para todos lados como si fuera una empastada extensión de su cuerpo. Lo es. El dar a luz a este libro no ha significado liberarse de los tópicos que viene revisando en los últimos años, animado por la idea de entrar al privilegiado círculo de los que publican sobre temas jurídicos; por el contrario, siente que “siempre se puede dar más para satisfacer el interés del lector”, y acopia diverso material para próximas publicaciones. Por ahora nos presenta “Derecho de las Personas. Con estudios introductorios acerca de una concepción de la persona y de las nociones fundamentales del Derecho” (Librería Jurídica- Editora Fecat, Trujillo, 2011, 537 pp.), que presenta este martes en el CALL con la presencia de su amigo Castillo Freyre (PUCP). Acordamos un café para la entrevista. Sin azúcar por favor. Aquí la conversa.

— Cómo así surge la motivación de este libro y cuánto tiempo le ha demandado.
— La motivación surge como consecuencia de mi experiencia docente a lo largo de 12 años ininterrumpidos en la UPAO, especialmente en el curso de derecho de las personas, del cual soy catedrático titular en dicha Universidad. En todo este lapso de tiempo, he observado y observo, un gran vacío en el proceso enseñanza -aprendizaje de dicho curso, lo que me motivó desde hace unos 8 años aproximadamente a proyectar esta pequeña obra que tienes en tus manos.

— ¿Hay algo nuevo bajo el sol?, ¿qué novedades podemos encontrar respecto al derecho de personas?
— Lo nuevo bajo el sol se halla en la combinación metodológica de diversos elementos: Un primer capítulo de orientación científico-filosófica acerca de la persona humana, seguido de un segundo capítulo acerca de la inmersión del sujeto de derecho (persona humana) en el ámbito del fenómeno jurídico. Finalmente tenemos un sui generis análisis del articulado del libro de derecho de las personas de nuestro código civil vigente.

— Las distinciones entre los conceptos “persona” y “personalidad” han llegado a buen puerto o continúa la polémica?
— En realidad actualmente la cuestión ha sido zanjada a favor del término “persona”, el cual implica no solamente la referencia al soma o cuerpo sino a las diversas manifestaciones de este ser biológico en su vida de relación con los demás y su entorno. En suma, no hay ninguna fundamentación ni utilidad práctica en distinguir a la persona (en tanto ser vivo) de su desenvolvimiento (personalidad), desde la perspectiva del ámbito del derecho.

— Usted postula en el libro una concepción integral de la persona…
— Eso es cierto, y no nos queda otro camino. Actualmente la interdisciplinariedad entre las diversas disciplinas, busca un abordaje más integral y a la vez complejo del cualquier elemento de la realidad, entre los cuales destaca nítidamente la persona, el ser humano. En ese contexto, un abordaje estrictamente jurídico de la persona, se nos presenta como anacrónico a la vez que incompleto. Esa integralidad, constituye la orientación en la que se desarrollan los primeros dos capítulos de nuestro libro.

— Fernández Sessarego se preguntaba, en un plano filosófico, si el ser humano es un “ser para la trascendencia”, “para la muerte” o un ser “que se disuelve en la nada”, como sostenía Heidegger. ¿Usted qué opina?
— Al respecto considero que tanto Fernández Sessarego como Heidegger tienen razón: Veamos, el ser humano nace con la potencialidad de trascender. Trascender significa “sobrevivir” a la muerte biológica, ¿Cuándo “sobrevivimos” a nuestra propia muerte? Cuando nuestro actos sean considerados y valorados significativamente por lo menos, para un sector de la sociedad. Entonces: ¿dónde sobrevivimos, o es decir “trascendemos”?. En el recuerdo e ideario sociales. El ser humano que no “trasciende” no hace sino “confirmar” su muerte biológica.

— Castillo Freyre celebra en el prólogo el método que emplea en el desarrollo de los temas, además de otros añadidos. Coméntenos sobre eso.
— Al tratamiento integral ya señalado respecto de la persona humana, en los dos primeros capítulo, se suma el capítulo tercero, el cual solamente tiene de exegético la envoltura externa del comentario artículo por artículo. No obstante, lejos de analizar y atomizar cada comentario. Por el contrario, hemos vinculados diversos comentarios gracias a ejemplos precisos, que sirven de engarce, además, con unos organizadores visuales, un glosario funcional y otros elementos adicionales que realmente terminan configurando una estructura inédita a la fecha.

— ¿Tenemos una legislación acorde con las nuevas tendencias en etos temas? ¿Qué modificaciones se hacen necesarias?
— Progresivamente se evidencia que la legislación sobre el derecho de las personas, requiere, más que modificaciones (demasiadas concretas y de visión cortoplacista), de leyes especiales. Entre los temas vinculados que deberían regularse tenemos: la bioética, la clonación, las técnicas de reproducción asistida, la eutanasia, entre otros.

— ¿Y es necesario un nuevo código civil como señalan algunos juristas?
— Definitivamente no. Nuestro vigente código civil de 1984, estructuralmente todavía goza de buena salud. Claro que ello no implica que se hagan las necesarias modificaciones, derogaciones y agregados allí donde correspondan. También en ciertos casos resulta menester el desarrollo de leyes especiales.

— ¿Los tópicos como la clonación y la bioética deben integrarse en el Libro de personas?
— A mi entender, debido a su complejidad y vastedad, dichos temas deben ser tratados en leyes especiales, debidamente concordados tanto con la Constitución, como con el Código Civil. El integrarlos dentro de la normatividad del libro del derecho de las personas, atentaría contra la estructura de mismo, sin ningún resultado práctico.

— Qué otros temas viene preparando para una próxima publicación.
— Bueno, tengo muy avanzado un texto sobre los Derechos Reales, a la par que vengo bosquejando dos textos adicionales: Uno sobre Introducción al Derecho y el otro sobre la Teoría Pura del Derecho de Hans Kelsen.

— Cómo ha respondido el público tanto en lo relativo a las ventas como en la crítica del texto como tal.
— Gracias a Dios muy bien. La respuesta de los alumnos de las Facultades de Derecho de nuestra ciudad, así como abogados, magistrados, auxiliares jurisprudenciales, etc. ha sido significativa. Es más, la Universidad Privada de Ciencias Aplicadas (UPC), así como otros centros de estudios nos ha manifestado su interés por adquirir el libro, lo cual desde ya es una satisfacción para mí y todo mi equipo.

— Finalmente, qué puede decirnos sobre la investigación jurídica que se hace en nuestra ciudad.
— Me parece que se encuentra en un estadio incipiente, con honrosas excepciones; tendencia que, tengo la esperanza, vaya progresivamente cambiando para mejorar el marasmo en el cual nos encontramos.

PD/ Los interesados en adquirir el libro pueden contactarse con Librería Jurídica- Trujillo: Jr. Almagro 256, Of. 2. Cel. 949967080, e- mail: lib_juris@hotmail.com.

domingo, 28 de febrero de 2010

ENTREVISTA A GONZALO DEL RÍO

“El problema no es el Código Procesal Penal sino la formación de jueces y fiscales”

Se podría decir que es el más formalito de los Del Río (de sus hermanas Patricia y María Luisa se puede decir exactamente todo lo contrario), pero no nos engañemos, por lo menos su pinta tira más para rockero que para abogado: zapatillas, jean, y una camisa al vuelo que hace juego con su melena descuidada. Encima viene diciendo, entre risas: “No me gustan las reglas, por eso estudié Derecho”. Así y todo es uno de los más jóvenes profesores de la Academia de la Magistratura, ha trabajado junto al reconocido jurista español José María Asencio Mellado, sigue a Murakami, y viene ultimando detalles de sus próximas publicaciones de la especialidad. La conversa se realiza al filo de la hora del bitute, interrumpida discretamente por sus colegas trujillanos. Empezamos. ¿Fumas?, pregunta alguien con cierta ansiedad. No gracias, paso.

— ¿Qué tal su experiencia en España?
— Muy buena, yo creo que siempre irte a otro país te abre los ojos en muchas cosas. España tiene una cultura de investigación, escribí allí mi tesis doctoral, pero sobretodo aprendí a escribir (risas)…

— ¿No sabía escribir?
— Yo creo que escribir en derecho es una de las tareas más difíciles que hay; escribir en serio, digo, como San Martín, Azabache u otros estudiosos que sí han creado dogmática en el campo del derecho. Mi tesis, por ejemplo, me demandó cuatro años de trabajo. Es una tesis que trata sobre las medidas cautelares personales del proceso penal con excepción de la detención que no es –para mí- una medida cautelar, y que actualmente vengo revisando para publicarla en España.

— Cómo ve hoy en día el derecho procesal penal.
— Bueno, alguien me decía que el derecho procesal penal no ha avanzado tanto, en cambio en el proceso civil se sigue revisando y se sigue produciendo. Una cosa cierta es que sobre derecho penal se ha escrito muchísimo más que en derecho procesal…

— Será porque todavía hay un prejuicio de que el derecho procesal, y en general el proceso, es meramente instrumental, adjetivo…
— En esencia es otro tipo de dogmática, definitivamente. Lo que ahora tenemos es un desarrollo más vinculado al derecho procesal aplicado y a la solución práctica de problemas.

— Monroy le otorga al derecho procesal la categoría de ser un indicativo de la civilidad…
— Yo creo además que tiene que ver con el sentido común. Yo no pretendo que se haga teoría del derecho procesal puro. Hoy por hoy los clásicos siguen siendo la referencia en el derecho procesal: Carnelutti, Calamandrei. Pero creo que incluso en esto de un derecho procesal aplicado ni siquiera se resuelven temas puntuales que forman parte del sentido común, de una lógica general de un proceso oral, público, contradictorio, etc.

— Un profesor aconsejaba, hace algunos años, que ya no había que dedicarse al derecho procesal, que es una rama en extinción, que nos íbamos a quedar sin chamba…
— … Eso es impensable. En el derecho penal será impensable siempre; en el derecho civil, creo que la cosa todavía tiene para muchas centurias de buena salud.

— Hablemos del nuevo CPP, un poco pasada la emoción de su puesta en vigencia. Para empezar, ¿diría que fue una buena idea este nuevo ordenamiento procesal?
— Bueno, yo vengo de una ciudad en la que no hay un nuevo código todavía, y por mucho que uno viaje por varias ciudades no tengo una percepción completa del asunto. Ayer justamente leía un trabajo de Roxín publicado en México que establecía que en 1920, en Alemania, tenían el mismo problema que ahora tenemos nosotros: Qué hago con el Ministerio Público, dónde lo coloco, controla o no controla a la policía, dirige o no la investigación, etc. Es decir, en el derecho procesal las discusiones de este tipo son eternas. Hoy en día, los alemanes siguen discutiendo cuál es la función del Fiscal, la policía, etc. En España, en Australia, también pasa lo mismo. Esta discusión es absolutamente inevitable, y las reformas vienen muchas veces acompañadas de pasiones, que es lo que viene ocurriendo actualmente en nuestro país.

— Qué aspectos rescataría, objetivamente.
— Mi amigo, el profesor Espinoza, ha dicho que en nombre de la oralidad se están perpetrando una serie de tragedias, porque probablemente un cambio de modelo excita o exagera ciertas posturas. El profesor Ávalos apunta uno de los grandes defectos, que es que hoy en día el juez se ha convertido en un ser excesivamente neutral, y eso en un país como el Perú puede plantear algunos problemas. En las películas americanas suele pensarse que el juez es sinónimo de neutral, pero la verdad es que el juez llama al despacho a los abogados, se niega a recibir algún tipo de pruebas, hasta se encapricha en algunos casos, o sea que de neutralidad nada, por el contrario, tiene un altísimo nivel de discreción.

— Es un buen código entonces.
— Para mí en realidad el problema no es el código. Lo que pasa es que pensamos que un código resuelve todos los problemas del sistema judicial, cuando el verdadero problema es la formación de jueces y fiscales. Yo sí creo que con el código anterior las buenas personas no podían hacer mucho, pero finalmente la justicia es un asunto de personas. Prueba de ello es que uno de los procesos más ejemplares de Latinoamérica, como es el caso Fujimori, lo han llevado de un modo impecable y al amparo del código anterior.

— Tiene un balance positivo, ok.
— Sí, definitivamente no podemos estar en contra. Algo más, hace poco estuve en una reunión en La Católica donde toda la mañana se pasaron hablando de la formación del abogado, no de la función de jueces y fiscales, y cuando yo les pregunto sobre ello me respondieron que de la Católica no salen jueces y fiscales, y eso no es verdad. Hoy en día hay una gran cantidad de estos funcionarios que salen de la Católica y de las mejores universidades del país.

— Y en qué medida la función de jueces y fiscales tendría que ser distinta de los demás abogados.
— Yo creo que sí tiene que ser distinta, de hecho los franceses, por ejemplo, lo tienen muy claro: allí quien resuelve ser juez elige prácticamente una Facultad de Derecho Judicial, que tiene las mismas bases de la abogacía, pero que incluye algunos matices académicos muy particulares. En España ya está pasando algo similar. Aquí en el Perú creo que hay que crear una Escuela Judicial o que por lo menos las universidades tengan un enfoque determinado, especialmente desde una perspectiva ética.

— Claro pero ese es un problema más complejo porque va mucho más atrás…
— …Sí, pero yo sí creo que hay espacio para ‘enderezarlos’ en la universidad, y es un momento clave para que asimilen con seriedad algunos conceptos éticos.

— Bien, y qué figuras deberían ser incluidas en el código en base a su experiencia en España.
— España es un mal ejemplo porque tiene un código del siglo XIX, y en cuanto a la formación estamos muy lejos de España, Alemania o Italia. Los exámenes que se toman aquí, por ejemplo, para ser jueces o fiscales no son un mecanismo serio para seleccionarlos, siendo netamente memorísticos, con un tipo de entrevistas, o sea, hay muchas cosas que cambiar. Que el código tenga otra nueva institución por ahora no debe preocuparnos mucho, tal vez ampliar el principio de oportunidad o crear departamentos de fiscalía se den con el tiempo, siempre que –insisto- se cuente con gente capacitada.

— Un tema que no quería dejar de lado es el tema penitenciario, en qué medida está vinculado a la modernidad del nuevo ordenamiento.
— Yo creo que está vinculado en el sentido de que descongestiona cárceles, y eso es objetivo. Veía en el avión estadísticas de Trujillo, Piura, y me quedé sorprendido porque el número tiende a bajar, y eso es porque se cuenta con un código más coherente en la aplicación de la prisión efectiva. También hay mucho por hacer todavía en este campo, pero de lejos se ve que el nuevo código está dando resultados.

— Por último, qué planes en el nivel académico.
— Lo que más deseo ahora es escribir, quiero parar un poco con la enseñanza, seguir en la Academia de la Magistratura, en la Católica, pero espero que este año pueda ver la luz una nueva publicación en el mundo del derecho.

Agradecemos a la Escuela de Postgrado UPAO por las facilidades concedidas para esta entrevista.

lunes, 30 de noviembre de 2009

ENTREVISTA A CARLOS SOTO COAGUILA

“La nueva Ley de Arbitraje es la más moderna del mundo”
Desde sus primeros años en Lima, tras graduarse de abogado en la Universidad San Agustín de Arequipa, no tuvo problemas en ingresar al circuito académico, “a pesar de ser un hijo de la Ciudad Blanca”. Así es como comienza a codearse con juristas de la talla de Jorge Avendaño, De la Puente y Lavalle, De Trazegnies, entre otros, que cuando era estudiante los tenía por “maestros lejanos y extraterrestres”. Actualmente su nombre está asociado a la academia y al Estudio Muñiz, “una de las firmas más importantes del país y de Latinoamérica”, del cual dice sentirse ya “parte del mobiliario”. Su nueva pasión tiene que ver con el Arbitraje (dirige la Revista Peruana de Arbitraje), la institución alternativa a la justicia ordinaria, que recientemente ha sido modificada por una nueva ley (Decreto Legislativo Nº 1071).

— Fernando Cantuarias ha dicho que esta nueva Ley de Arbitraje es un notable salto a la modernidad.
— Yo no tengo la menor duda que esta nueva ley es una de las más modernas del mundo. Es más, diría que es la más moderna del mundo, por tanto los peruanos debemos sentirnos orgullosos de tener una legislación de avanzada.
— Qué aspectos particulares le merecen esa apreciación.
— A ver, la legislación arbitral en el Perú ya era de por sí moderna desde 1996, que es cuando se promovió el auge del arbitraje. Algunos se preguntarán si esto era así por qué la cambiaron. La ley se modificó por varios motivos. Uno, porque como toda obra humana hay defectos y algunas cosas que mejorar, entonces se mejoraron algunas instituciones, se recogieron algunos precedentes del TC, se blindó al arbitraje de cualquier otra interferencia, y especialmente, se incorporaron importantes sugerencias a partir de la ley modelo UNCITRAL, que es una ley elaborada por las Naciones Unidas para la unificación del derecho mercantil.

— Qué porcentaje se ha copiado de esta ley.
— Toda. La ley anterior ya era una copia casi literal de la ley modelo UNCITRAL, pero el 2006 la Comisión de las Naciones Unidas trabajó algunas reformas e introdujo algunas modificaciones, que son las que hemos asumido en la ley peruana.

— ¿Se inserta en alguna ideología en particular?, digamos, es marcadamente liberal…
— Yo diría que es una ley monista que permite la solución de controversias, o sea, no tanto una ley que permite la inversión –porque ésa no es su misión-, sino que permite la solución de controversias entre particulares sin tener que acudir al Poder Judicial (PJ). Recordemos que el arbitraje es un mecanismo alternativo de solución de conflictos, no un mecanismo que sustituya al PJ; es decir, permite que sean las mismas partes las que resuelvan sus diferencias, y que este
procedimiento sea transparente, respetuoso de la libertad de las partes, etc.

— Ok., pero todavía hay alguna dependencia en cuanto a la ejecución de sus resoluciones.
— Los laudos arbitrales, que son similares a las sentencias que dictan los jueces, tienen que ejecutarse. O se cumplen voluntariamente o se van a un proceso de ejecución de sentencias. Esta ejecución de laudo arbitral puede realizarlo tanto el tribunal arbitral, o, en todo caso, el juez utilizando la fuerza pública.

— O sea sigue subordinada a la coacción del PJ.
— Yo no diría que es subordinada a la coacción del PJ. Veamos el siguiente caso: Si tengo una sentencia del PJ que ordena que mi deudor me pague, y no me paga, entonces tengo que pedir la ejecución de esa sentencia en la instancia judicial. Lo mismo ocurre con un laudo que ordena a una empresa que pague a otra; sino cumple entonces hay que ejecutar por la fuerza. Yo diría que es una suerte de colaboración entre el PJ y el sistema arbitral. El sistema arbitral es eficiente en la medida que las partes, que han sometido su controversia al arbitraje, cumplan con la decisión del árbitro, pero sino cumplen entonces la parte vencedora tendrá que ir al PJ en aras de su ejecución.

— Por tanto la jurisdicción del arbitraje no es plena.
— La jurisdicción es plena, lo que diría es que se requiere la colaboración de la justicia común cuando hay que ejecutar un laudo que no es incumplido por las partes. Ahora, en materia de ejecución de laudos son pocos los casos, en verdad, la gran mayoría –aunque no hay estadísticas oficiales- se cumplen…

— En qué porcentaje.
— Ehh... Yo le puedo decir que en materia de laudos arbitrales no más del 1% son anulados por el PJ, por lo cual tenemos un 99% de laudos que se respetan. En materia de ejecución de laudos no tengo el dato exacto, pero no representan una cifran importante pues la mayoría de laudos se ejecutan voluntariamente.

— Qué puede decirnos respecto de la contratación con el Estado en esta nueva ley.
— Bueno, en esto también el Perú es pionero a nivel latinoamericano. Yo no conozco una legislación donde el Estado se obligue a arbitrar todas las controversias derivadas de las compras estatales. Nuestra ley de contratación con el Estado prevé que todo aquel que contrate con el Estado, en caso de surgir alguna controversia, se resolverá mediante la Conciliación o el Arbitraje, es más, nuestra ley obligatoriamente señala que en caso de no pactar una cláusula arbitral se incorporará de pleno derecho un convenio arbitral, con lo cual si uno contrata con el Estado, o le vende pintura o carretillas, cualquier controversia que pueda surgir se tendrá que resolver en la vía arbitral.

— Lo cual significa que ni el Estado mismo confía en su propio Poder Judicial.
— Yo no diría que no confía en su Poder Judicial. Yo creo que el Estado, o las instituciones y los órganos del Estado, son también concientes de la lentitud del PJ, y si tenemos un contrato de obra, imagínense un colegio o una carretera que tenga que ser resuelto en el PJ en 3 o 4 años, pues esto no puede esperar tanto tiempo. En la vía arbitral pude tener esa solución en menos de un año.

— Para muchos la figura del arbitraje sigue siendo muy elitista, como que está reservada solo para los grandes empresarios o inversionistas de fuera.
— Yo creo que eso es un mito. Es un mito pensar que el arbitraje es una suerte de justicia elitista. Lo que pasa es que se cree que la administración de justicia en el PJ es gratuita, y esto es una falacia porque ¡de gratuita no tiene nada!, y en el arbitraje el costo es un poco mayor. Además, a diferencia del PJ donde el sueldo de los jueces lo pagamos todos los peruanos, en el arbitraje lo pagan las partes.

— ¿No es oneroso entonces?
— Depende de la cuantía. Existen topes y tablas que manejan las Cámaras de Comercio de algunas partes del país, pero de todos modos yo diría que no es oneroso.

— Si la justicia ordinaria fuera confiable y expeditiva, no habría chance para una figura como el arbitraje.
— Aún si fuese expeditiva yo no diría que el arbitraje no tiene chance porque finalmente las partes deciden ir al arbitraje no únicamente por la lentitud del PJ sino que hay varias otras razones por las que recurren al arbitraje, por ejemplo, la especialidad. Imagine una empresa agroindustrial que tenga un conflicto sobre importación o exportación de mercadería con su contraparte china, donde los tópicos a discutirse jurídicamente son temas aduaneros, tributarios, de comercio electrónico, etc. Pues si se va al PJ tendrá que resolverlo un juez ¿no es verdad? Y la pregunta es si los jueces tienen la especialidad como para poder ver ese tema con solvencia. Obviamente, no vamos a encontrar a un juez experto, y aún si lo hubiera no tenemos la seguridad de que nuestro caso vaya a caer en sus manos, o se encuentre en Trujillo o en Arequipa. En cambio, en un arbitraje, las partes en conflicto elegirán a un Tribunal arbitral que conozca los temas de derecho aduanero, derecho fiscal, comercio exterior, que pueda resolver con mayor profundidad la controversia. Además de las ventajas de no tener sobrecarga que caracteriza al PJ.

— O sea que el consejo para ese empresario sería recurrir al Estudio Muñiz…
— El consejo sería recurrir primero a su abogado para ver cuál es lo más eficiente. Finalmente los empresarios son hombres de negocios, no son hombres de leyes, y yo les digo a mis colegas, a mis clientes y a mis alumnos: Un abogado no tiene que pensar únicamente desde el punto de vista jurídico, sino también desde el punto de vista de los negocios. A veces la solución jurídica puede ser perfectamente válida, pero desde el punto de vista de los negocios puede ser completamente ineficiente.

— Finalmente, a pesar de ser tan joven, que planes tiene para el otoño de su vida.
— Bueno, regresar a mi tierra, a mi querida Arequipa. Cuando ya tenga cierta edad quiero dedicarme exclusivamente a la enseñanza, a cultivar y a criar ganado. También me gustaría narrar algunas anécdotas y vivencias de mi pueblo, pues los arequipeños tenemos una fama muy particular de ser creídos, chauvinistas y hasta separatistas, con eso de la República independiente de Arequipa (risas). Por ahora estoy viajando y trabajando fuerte, y ahorrando para algún día hacer realidad ese sueño. En ese sentido soy un romántico y un nostálgico.

Agradecemos a la Escuela de Postgrado UPAO por las facilidades concedidas para esta entrevista.

domingo, 23 de agosto de 2009

ENTREVISTA AL DR. GILMER ALARCÓN

“La migración es un gran aporte al desarrollo de Europa”

En sus primeros años de abogado, defendía a algunos acusados de terrorismo y fue involucrado. Varios otros letrados estaban siendo encarcelados, así que no le quedó otra que irse fuera del país. Primero a Bolivia, después a España, donde gracias a una beca de la Agencia Española de Cooperación Internacional logró el doctorado en la Universidad Carlos III de Madrid. “Ya estaba metido en la academia”, nos cuenta con esa nostalgia de quien ha pasado más de 15 años fuera de su patria. “El exilio es duro, desde luego, pero afortunadamente a nivel internacional hay mucha solidaridad con los refugiados, especialmente cuando provienen de países con conflictos sociales”. No es casualidad, por tanto, que Gilmer Alarcón Requejo haya terminado reflexionando sobre temas de Derechos Humanos, específicamente sobre los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias. Hoy, tras publicar su primer libro en España (*), se dedica por entero a la docencia universitaria.

— Qué lo lleva a interesarse en el tema de los derechos de los migrantes.
— Bueno, en principio los procesos migratorios hoy son tan importantes que trastocan las sociedades modernas y causan mucha perplejidad; de pronto uno ve que el 10 o 15% de la población es población migrante, entonces eso genera grandes retos para las sociedades de acogida de cómo trabajar la integración social, cómo manejar el flujo de los migrantes, cómo salvaguardar sus derechos, y cómo integrarlos a la vida del país donde se encuentran.

— ¿Usted diría que en la Europa de hoy hay una involución en el tratamiento de estos temas?
— Efectivamente. Hubo un avance en el reconocimiento de algunos derechos, pero a raíz de la crisis las políticas se endurecen contra los migrantes, por ejemplo la Directiva de Retorno de la Unión Europea, que consiste en detener por largos periodos (hasta 18 meses) a los trabajadores migrantes irregulares. Esto es discutible desde el punto de vista de los derechos humanos y fue muy criticado, pues uno de los colectivos afectados de manera inmediata eran los inmigrantes latinoamericanos, y porque entre América Latina y la Unión Europea existe una Declaración de Principios de respeto a los derechos de los migrantes –o sea hay un Convenio de Cooperación-, de tal forma que aprobar una directiva de este tipo implicaba desviarse de compromisos con los países latinoamericanos.

— Qué alternativas podrían tener los países europeos para abordar estos problemas.
— Lo que ha pasado es que esa directiva de retorno ha sido moderada por algunos Estados, por ejemplo el caso de España, en el que la detención no pasa de 60 días y no de 6 meses como se estableció inicialmente, y en general, hay otras políticas públicas que apuntan a proteger los derechos de los migrantes sin llegar a propuestas fundamentalistas.

— Por ejemplo...
— Bueno, tratar de tener una migración más estable y evitar que estas poblaciones, sino logran integrarse socialmente, pues generen graves problemas en sus sociedades. Ahora, hay que reconocer también que hay un enorme cinismo de parte de estos Estados porque, aunque no lo digan expresamente, la migración es una gran aportación para el desarrollo de sus países.

— Especialmente por la oferta de trabajo, ¿no?

— Por supuesto, entonces el reto está en que estas poblaciones no sólo sean un motor de desarrollo para los países de acogida, sino también para los países de donde ellos salen, ya sea a través de remesas, de programas de desarrollo, etc. Por eso también es muy criticable esta famosa “tarjeta azul”, que quiere implantar la Unión Europea para tratar de promover la migración de personal calificado desde América Latina, pues eso descapitaliza de recurso humano a nuestros países.

— Usted ha presentado un proyecto junto a un grupo de profesores respecto de estos temas. Cuéntenos de esa iniciativa.
— Sí, hemos presentado un proyecto en España para el reconocimiento de los derechos políticos a los migrantes residentes. Esto permitiría que tengan una mayor incidencia en los programas de los partidos políticos y en las políticas públicas del país de acogida, tratando de que sus intereses y necesidades sean recogidas de mejor manera, porque si bien existen mecanismos de participación consultiva no de toma de decisiones. De esta forma los migrantes, por ejemplo en el caso latinoamericano, tendrían una mayor influencia en la vida política de estos países.

— Ahora, ubicándonos en nuestra realidad, cómo ha encontrado la clase política.
— Ehh… Yo soy muy optimista sobre lo que está pasando en Perú después de haberme ido en un periodo muy difícil, con un conflicto armado interno, con escasa democracia, etc., y hoy en día el Perú está en franco crecimiento del Estado de Derecho, hay mayores mecanismos para la protección de los derechos y una sociedad civil activa que permite impulsar reformas en el Estado.

— Y los congresistas tránsfugas, falsificadores, estafadores…
— Yo creo que el descrédito viene en gran medida en la selección de los parlamentarios. Al igual que ahora se hace con los jueces, creo que se debería mejorar algunos mecanismos para seleccionar a los futuros parlamentarios a fin de mejorar las competencias y respondan mejor a sus electores. Weber decía que quien quiere poner sus manos en el carro de la historia, tiene que tener mucha responsabilidad, porque eso significa involucrarse con los intereses de las grandes mayorías.

— Casi siempre estamos hablando de reformas… ¿Insistir en estos debates puede elevar la situación política del país?
— Yo creo que la protección de derechos en el Perú ha avanzado mucho por el activismo del Tribunal Constitucional (TC); sin embargo el riesgo está –no solo para el caso peruano sino para todos los paises organizados en torno a un Estado Constitucional- en que el activismo del TC disminuya la dinámica del parlamento. Mi impresión es que las reformas políticas para garantizar derechos en el Perú no solo tienen que estar concentrados en el TC, sino también en potenciar el parlamento y el razonamiento de los partidos políticos.

— Un parlamento bicameral o unicameral.

— Preferiría uno bicameral porque eso permite una mayor reflexión. Si la Cámara de Senadores actúa como un filtro de mayor razonabilidad, entonces se afianzarían con mayor precisión los postulados de un Estado de Derecho.

— El presidente ha propuesto una renovación parcial del Congreso. Cuál es su parecer.
— Estoy de acuerdo, creo que eso le daría mayor dinámica al parlamento porque últimamente la opinión pública no tiene un buen criterio respecto de este poder del Estado, entonces el hecho de promover una renovación a la mitad del periodo sería interesante porque activaría la vida política del país, y es precisamente eso lo que sustenta un país que confía en sus políticos.

— ¿El voto debería seguir siendo obligatorio?
— Yo creo que mientras no tengamos todavía una cultura democrática más madura, mantendría –transitoriamente- el voto obligatorio. Venimos de un proceso de transición democrática, y creo que sería preferible todavía mantener esta institución, no por que sea mejor necesariamente, sino por una cuestión de transitoriedad saludable.

— Finalmente, Ud. salió del país en un momento duro por la subversión, ¿considera que el senderismo sigue siendo una amenaza?
— Yo creo que ya no. Creo más bien que estos rezagos tienen actitudes lumpenescas, y nunca van a significar una amenaza real para el Estado, lo cual no quiere decir que este abandone su papel de vigilancia.

Presentación del libro de Alarcón Requejo en Casa de América, Madrid. Panelistas: Luis Pàsara, Elìas Dìaz, Peces-Barba, Rafael de Asìs y Eusebio Fernàndez.

(*) Gilmer ALARCÓN REQUEJO, Estado de Derecho, derechos humanos y democracia. Pautas para la racionalidad jurídico-política desde Elías Día. Ed. Dykinson, Madrid, 2007, 578 pp.

Agradecemos a la Escuela de Postgrado UPAO por las facilidades concedidas para esta entrevista.

domingo, 9 de agosto de 2009

ENTREVISTA AL DR. MANUEL ROMÁN OLIVAS, JUEZ COMERCIAL

“Los juzgados comerciales buscan dar seguridad a los agentes económicos”

Es uno de los primeros jueces comerciales del país, y parece uno de los buenos. Desde que egresó de San Marcos se ha dedicado a especializarse en temas jurídico empresariales: tiene una Maestría en Derecho Empresarial con distinción “Magna Cum Laude” por la Universidad de Lima, y ha seguido cursos en ESAN en temas financieros y comerciales. Su juventud –un valor agregado a su despacho- le ha permitido hasta ahora sortear con serenidad la sobrecarga procesal que ya empieza a exasperar a los juzgados vecinos. “Estamos en eso”, comenta lacónicamente Manuel Román Olivas en un aparte del curso Jurisdicción Mercantil, que ha iniciado con éxito en postgrado de la UPAO.

— ¿Cómo así deciden dictar el curso de Jurisdicción Mercantil, y qué características tiene?
— El curso de Jurisdicción Mercantil responde básicamente a una necesidad de los alumnos en el sentido de no solamente conocer la parte sustancial del derecho, es decir la parte ‘estática’ por llamarlo de alguna manera, sino también que los alumnos cuenten con herramientas que les permitan, ante una situación de conflicto, tratar de resolver los problemas a nivel jurisdiccional, es decir, judicial o arbitral.

— ¿En qué otra escuela del país se viene dictando este curso?
— Bueno, yo entiendo que el curso como asignatura de postgrado en una Maestría vinculada al Derecho Empresarial es un curso innovador; no tengo conocimiento de que se dicten en otras escuelas.

— Esto respaldaría la idea de una creciente autonomía del Derecho Comercial en los cursos de postgrado.
— Yo creo que sí porque el derecho societario o empresarial finalmente no sólo tiene una autonomía en cuanto al ámbito sustantivo, es decir, al ámbito vinculado a las instituciones en sí, sino también al aspecto procesal; de tal modo que a la fecha existen, en varios lugares, una justicia especializada en materia mercantil, por ejemplo en Lima, Huancayo, Tacna, Chiclayo, y hay una experiencia ahora en el Callao. Entonces esta justicia requiere especialización, y por tanto requiere de profesionales que profundicen no solamente el tema vinculado al aspecto material del derecho sino también al aspecto procesal.

— Y cómo lo están recibiendo sus alumnos.
— Pues veo que existe mucho interés. Conversando con algunos percibo que les genera mayor seguridad, porque sirve mucho conocer la parte sustantiva, pero también es fundamental que los profesionales, al momento de una crisis o conflicto, puedan iniciar procesos tanto judiciales como arbitrales; de tal modo que si queremos hacer un parangón, no resulta sólo importante conocer las partes del auto sino también saber manejar, y entiendo que con este curso los alumnos tendrán la llave para manejar adecuadamente los conflictos.

— Desde cuándo es usted juez comercial y qué satisfacciones le ha dado su trabajo.
— Soy magistrado del 6to. Juzgado Comercial, y vengo ejerciendo el cargo desde el 2005, es decir desde la fundación de la especialidad mercantil. En cuanto a mis satisfacciones le diré que son enormes porque finalmente lo que nosotros tratamos es impartir justicia a partir del conocimiento específico que existe sobre la materia, hecho que por cierto origina que tengamos en consideración incluso normas vinculadas a la defensa del consumidor, a efectos de aplicar las normas especiales propias del derecho empresarial.

— Qué casos conocen estos juzgados.
— Los casos están previstos en una Resolución Administrativa que nos asigna a los jueces competencias especiales, de tal modo que a la fecha conocemos todas las pretensiones derivadas de la Ley General de Sociedades, todas las pretensiones procesales derivadas de la Ley de Títulos Valores, Ley del Sistema Financiero, así como también los contratos denominados “modernos” o “contratos empresariales” que puedan originar conflicto entre los agentes económicos.

— Cómo cree usted que ha recibido la clase empresarial la creación de estos juzgados mercantiles.
— Yo creo que la clase empresarial, pero sobretodo el país, debe sentirse satisfecho por que lo que se busca con esta especialidad comercial es tratar de dar seguridad a los agentes económicos en general, a la clase empresarial por un lado, y a los consumidores y usuarios por otro, de tal modo que la especialización en el conocimiento de este tipo de materias debería originar una justicia más rápida en las controversias que se presenten.

— El presidente ha anunciado en su discurso la dación de un Código del Consumidor, qué expectativas tiene al respecto.
— Pues muy positivas, en la medida que un código de esta magnitud lo que pretende es condensar en un solo cuerpo todas las normas que protejan al consumidor, y esta concurrencia de normas va a permitir a los operadores jurídicos, tanto abogados como magistrados e incluso a los propios consumidores, conocer de manera más clara cuáles son sus derechos.

—-Es un paso importante para el Perú en cuanto a la protección de estos derechos…
— Sí, muy importante desde luego. Hasta donde tengo entendido, en Brasil hay una experiencia similar que ha contado con el beneplácito de la población; lo que sí considero en este tipo de elaboración jurídica es que se dé una participación especial a la ciudadanía, inclusive a la judicatura, porque a partir de esta experiencia en los juzgados comerciales podría haber aportes interesantes a los efectos de mejorar o adecuarlo a nuestra realidad.

— Debemos colegir entonces que usted es partidario de un Código Mercantil de carácter procesal, habida cuenta su entusiasmo en la materia…
— Yo respecto de eso, le confieso que es un asunto sobre el cual no tengo un criterio definido, tengo algunos reparos vinculados al hecho de que crear un nuevo código sobre una nueva materia procesal generaría seguramente algunos problemas de aplicación, dado que con un Código Procesal Civil, bien elaborado, considero puede ser una herramienta útil para resolver los problemas.

— Está contento entonces con el Código Procesal Civil.
— Necesita algunos ajustes, eso es evidente, pero de ahí a considerar un Código Procesal Mercantil no sé, tendría que estudiarse y analizarse adecuadamente. Como le digo, a la fecha, no tengo una opinión definitiva.

— Dónde quedan los procesos arbitrales, o porqué hay desconfianza en esta figura.
— Ehhh… yo creo que no existe una desconfianza en al ámbito arbitral, antes bien, los agentes económicos deciden de antemano si, ante una situación de conflicto, recurren ante la jurisdicción arbitral, pero en caso que no sea así, el Poder Judicial entonces entra a resolver este tipo de casos, de tal modo que no existe conflicto o desconfianza, sino que existen dos modelos tipo que van en forma paralela, y que en todo caso serán los agentes económicos quienes decidan cuál es la jurisdicción que se acomoda más a la resolución de sus conflictos.

— ¿Pero no cree usted que debería afianzarse un poco más el arbitraje, que nació precisamente para que las empresas cuenten con una herramienta expeditiva en la eventualidad de un conflicto?
— Yo creo que sí, y en nuestro país ha adquirido una solidez incuestionable; sin embargo, considero que eso no puede dejar de lado el fortalecimiento de la justicia comercial, o de la justicia en general, dado que los arbitrajes son ejecutados por el Poder Judicial, y en su momento las pretensiones de anulación de arbitraje son verificadas por la justicia ordinaria o comercial; en tal medida, siempre, o casi siempre, un arbitraje deriva pues en el Poder Judicial, ya sea para su ejecución, anulación o colaboración de algunas medidas cautelares. En conclusión, el fortalecimiento del Poder Judicial es necesario, inclusive en una situación en la que el arbitraje se consolida aún más.

— Finalmente cuál sería su mensaje a los operadores jurídicos.
— Pues mi mensaje sería que confíen en la justicia comercial, y a los abogados especialmente: que se capaciten, pues sus competencias con necesarias para que la justicia se realice en toda su magnitud.

Agradecemos a la Escuela de Postgrado UPAO por las facilidades concedidas para esta entrevista.

martes, 26 de mayo de 2009

ENTREVISTA AL FILÓSOFO MIGUEL GIUSTI

"Al Perú le hacen falta políticos más honestos"


La más reciente novedad editorial de este reconocido profesor de la Universidad Católica tiene que ver con sus preocupaciones en torno a la ética en el mundo contemporáneo, reunidos en forma de ensayo en El soñado bien, el mal presente, que acaba de presentar en nuestra ciudad. En él, Miguel Giusti Hundskopf, profundiza, a partir de la ética, nociones sobre la democracia, la pobreza, la violencia, la globalización, y lo hace de la mano de figuras como Kant, Cervantes, Milan Kundera, Descartes o Hegel. A despecho del contraste que da título al libro (prestado de un poema de Quevedo) y las consabidas tertulias filosóficas, esta vez se tuvo un auditorio generoso, repleto de jóvenes con una atención excepcional. Además, en todo momento, el filósofo anduvo entonado.


— Si un estudiante quiere conocer algo más sobre usted se va a internet, entra a Wikipedia, y encuentra que usted es un “filósofo liberal”. Qué significa eso.
— Muchas gracias, muchas gracias, pero yo no sé quién diablos ha puesto eso (risas). Por cierto, yo tenía anotado, en una hojita, una nota que ha salido en el diario La Industria que dice Giusti viene a Trujillo y presenta libro, y al final dice: “Vayan todos a la presentación de este filósofo liberal”. Entonces yo digo, ¡por Dios, quién ha escrito eso!, ¡de dónde ha salido! Hay un profesor de San Marcos que ha puesto un blog donde me califica de ‘filósofo liberal’, y me hace una crítica… en fin, realmente es un filósofo ciego ¿no es verdad?, porque está mal de la vista. Yo he escrito más de un libro, dos, tres libros, donde hago todo el tiempo críticas muy duras al sistema liberal, entonces, al contrario; en mis años de estudio, le contaré, yo era muy criticado por mis compañeros y profesores por no ser liberal, y luego llego al Perú y me encuentro que me han puesto ese mote, y es algo completamente absurdo.

— Entonces es usted un ‘no liberal’…
— No es que yo me defina como un ‘no liberal’, sino que es obvio que en todos mis escritos hago una crítica muy fuerte del sistema neoliberal. Por supuesto que el liberalismo tiene un valor muy grande que es el haber insistido en la libertad del individuo y en la libertad de la persona humana, pero eso no quiere decir que yo sea un liberal, de ninguna manera.

— Entonces…
— Este… yo soy un filósofo. El ser liberal es una definición política, y la filosofía reflexiona sobre la política. A ver ¿cuál es el antónimo de liberal? Comunitarista, es una posibilidad. Es obvio que si alguien lee mis textos va a inferir que soy un comunitarista, no un liberal, y así se ha escrito en las reseñas que se han hecho sobre mis textos fuera del Perú.

— Por qué leer filosofía en estos tiempos.
— Bueno, me parece que hay sentimiento generalizado de que el mundo ha perdido el rumbo. No se sabe a dónde ir en la economía, en la política, en el arte, etc., entonces, frente a esa incertidumbre hay una demanda por recurrir a textos más profundos que nos den lineamientos, pautas, sobre qué cambios hacer. Ese es –me parece- el motivo principal por el cual hay de parte de la sociedad una demanda de esclarecimiento que incluya también textos de filosofía. Claro, uno se preguntará por qué tengo que leer a Kant, ¿verdad? Lo que pasa es que Kant es un clásico que tiene una opinión interesante sobre temas fundamentales de la vida social.

— Usted recomienda entonces regresar a los clásicos.
— Sí, hay que retornar a los clásicos, pero no para repetir lo que ellos han hecho sino porque había, en los clásicos, advertencias sobre lo que podría pasar. Hegel, por ejemplo, decía que el mayor peligro que le puede ocurrir a una sociedad organizada es que la economía gobierne sobre la política. Mire usted lo que ha pasado con la globalización: la globalización es una universalización del mundo pero bajo el dominio de la economía, y con la última crisis financiera ha quedado demostrado que si no hay un control político sobre la situación económica, entonces se producen grandes crisis o grandes injusticias.

— Y por qué se espera una crisis para recién rescatar conceptos más o menos conocidos.
— Usted me pregunta algo terrible porque así es el ser humano: sólo cuando padece algo empieza a corregirse. Lo que pasa es que se ilusiona con el éxito fácil. Por ejemplo ¿por qué recién el hombre se preocupa por el medio ambiente si ya lo destruyó? Porque creyó que la tecnología le iba a provocar una gran felicidad y no cuidó su medio ambiente, así de simple.

— ¿No será acaso que la vida nuestra no es sino un conjunto de contrastes, como el poema de Quevedo, del que nos habló en su presentación?
— Bueno, digamos, el poema de Quevedo puede decir eso sobre el amor, que es un contraste curioso, emotivo, ¿verdad?, pero en relación con la vida cotidiana, bueno… por supuesto que hay un fuerte contraste, marca la vida humana, todas las religiones han expresado eso, incluyendo la cristiana que tiene como símbolo no sólo la cruz sino también la resurrección, o sea, otra vez el contraste ¿no es cierto? Los seres humanos vivimos experiencias dolorosas, la vida es vida y muerte, y entonces tratamos de buscar una respuesta, una explicación, un discurso, que nos permita enfrentar de manera coherente ese contraste tan fuerte de nuestras vidas.

— Dr. Giusti y qué crítica le haría usted a este gobierno, en clave filosófica.
— Bueno, en general, la filosofía no es buena consejera para hacer análisis político porque la filosofía tiene, por así decirlo, una mirada de largo plazo, y cada vez que un filósofo ha intervenido en términos políticos ha sido para prestarse a un juego político ideológico.

— Sin embargo…
— Sin embargo yo sí he expresado algunas críticas sobre el actual gobierno desde el punto de vista de la ceguera en aplicar políticas neoliberales, no porque me parezca a mí que dichas políticas sean malas en su raíz, sino porque son ciegas frente a problemas de injusticia social, a problemas de multiculturalidad, de compensación de injusticias estructurales. Para ponerle un ejemplo muy simple: el tema de la educación. Supuestamente, en un Estado democrático liberal tiene que haber libertad para elegir, las escuelas, libertad de educación, etc., y sin embargo, esa libertad conduce, en el Perú, a perpetuar una injusticia tremenda que es que la buena educación esté asociada al poder económico, o sea, solo quien tiene una buena situación económica puede tener acceso a una buena educación. Eso es una injusticia flagrante.

— ¿Cambiarían las cosas si se enfatizan los cursos de ética?
— No, los cursos no cambian a las personas, ayudan a reflexionar, pero esto es un problema más complejo. Al Perú le hace falta políticos más honestos, le hace falta prácticas institucionales más honestas, le hace falta salir del círculo vicioso de la corrupción generalizada, porque si hay corrupción desde el policía de tránsito, del maestro, del juez, entonces no se puede salir de ello. Salir de este círculo no se logra con ciertos cursos, se sale como se ha entrado: hay que salir con pequeños pasos, especialmente con el ejemplo y con la práctica. Por ejemplo, en una Universidad, si logramos erradicar la corrupción, así produciremos un contagio, poco a poco. Con campañas institucionales, pequeñas pero sostenidas, poco a poco.

— Qué puede decirnos sobre el concepto de codicia, que manejaba Adam Smith.
— Bueno, Adam Smith es un autor muy interesante, mucho más interesante por lo que se le conoce que es La riqueza de las naciones. Él era profesor de ética en la Universidad de Edimburgo, y escribió un libro muy importante que se llama La teoría de los sentimientos morales, o sea, Adam Smith no sólo habla de la codicia, él cree que los seres humanos no actuamos solo por ideas sino por emociones, por deseos, por amor, por envidia, por codicia, por una serie de motivaciones. Entonces, cuando uno analiza todo el espectro de emociones humanas, uno pude vincular esas emociones con ciertas decisiones que tomamos y con ciertos sistemas sociales, y decir, claro, la codicia, por supuesto, puede ser un sentimiento terriblemente negativo, pero podría tener también algo de positivo.

— Finalmente, un mensaje especialmente para los jóvenes que lean esta entrevista.
— Pues el mensaje que yo les daría es que lean más, que discutan más, y se empapen más de los temas actuales en diversos campos.

— ¿Y que no se fíen mucho de Wikipedia…?
— (Risas)… Efectivamente.

viernes, 20 de marzo de 2009

ENTREVISTA A DIRECTOR DE POSTGRADO DE SECCIÓN DERECHO- UPAO

"NUESTRA PLANA DOCENTE ES LA MEJOR FORTALEZA ACADÉMICA"


Para el director de la Escuela de Postgrado y de la Sección de Postgrado en Derecho de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), doctor Alejandro Quispe Villanueva, los estudios de Maestría y Doctorado han incorporado a sus planes de estudios asignaturas contextualizadas con la realidad, a efectos de que el conocimiento, la revolución informática y las comunicaciones puedan ser afrontadas por los maestristas y doctorandos con éxito, bajo la orientación de connotados académicos de prestigio nacional e internacional.

— ¿Qué cambios en el mundo motivan a un hombre de derecho seguir estudios de postgrado?
— Indefectiblemente son los acelerados cambios económicos, sociales y tecnológicos los que significan un permanente desafío para la educación superior. Por ello, la Escuela de Postgrado de la UPAO y la Sección de Derecho ha integrado tres grandes referentes para promover cualquier forma de cambio en toda actividad independiente de su naturaleza: la globalización económica, el incremento de la importancia del conocimiento como conductor del desarrollo, y la revolución en la información y las comunicaciones.

— Frentente a estos cambios ¿cuál es el rol de la Sección de Postgrado de Derecho?
— La tarea actual es priorizar la construcción de conocimientos pertinentes a nuestra realidad regional y nacional, sin dejar de adaptarnos a los avances científicos y tecnológicos que caracterizan a los nuevos países en desarrollo. Siendo consientes de estos desafíos, se han modificado los planes curriculares de todas nuestras maestrías, especialmente en las menciones de Derecho Civil Empresarial, Derecho Penal y Derecho Tributario con asignaturas acordes con las nuevas categorías y formas jurídicas que el actual mundo globalizado nos exige; en lo cual damos una peculiar incidencia en la orientación práctica para construir conocimientos y no mera transmisión de información. En este nuevo proceso se han incorporado asignaturas innovadoras dentro de la Maestría en Civil Empresarial como: Sistemas de Titularidad, Sociedades Mercantiles, Teoría General del Proceso, Análisis Económico del Derecho, Responsabilidad Civil, Teoría General de la Prueba, Adquisiciones, Fusiones y Escisiones, Derecho Concursal, Derecho de la Competencia y de la Propiedad Intelectual, Medios Alternativos de Resolución de Conflictos Civiles y Empresariales, Comercio Internacional, Jurisdicción Comercial. Del mismo modo, en la Maestría en Derecho Penal se han incorporado: Fundamentos Constitucionales del Derecho Penal, Imputación Objetiva en el Derecho Penal, Estructuras Típicas Imprudentes y Omisivas, Autoría y Participación, Dogmática de la Determinación Judicial de la Pena, Fundamentos del Sistema Procesal Penal Adversarial, Temas de Política Criminal Contemporánea, Restricción de Derechos en la Obtención de las Pruebas, Derecho Penal de la Función Pública, Derecho Penal Económico y Medidas de Coerción Procesal Penal. En cuanto a la Maestría en Derecho Tributario se han incorporado: Derecho Constitucional Tributario, Análisis Económico de los Impuestos, Política y Administración Tributaria, Impuesto a la Renta I y II, Tributación Municipal y Regional, Imposición al Consumo, Tributación Sectorial, Planeamiento Tributario, Tributación Internacional, Tributación Aduanera, Derecho Penal Tributario y Procedimientos Tributarios. En cuanto a los cursos de Metodología de la Investigación se han diseñado de modo tal que al término de los cuatro semestres, el Maestrista o Doctorando culmine sus estudios ya con su tesis.

— ¿Y estos cambios también se han experimentado a nivel de plana docente?
— Efectivamente, por ejemplo en nuestra Sección de Postgrado de Derecho contamos con la más calificada plana docente del medio, del país y del extranjero. Expertos profesionales de reconocida trayectoria en su campo académico y laboral, con estudios doctorales y postdoctorales; por eso, los estudios de postgrado que ofrece la UPAO son considerados los mejores del norte del país.

— ¿De qué docentes se trata?
— Tenemos muchos académicos de reconocida trayectoria, entre los que podríamos citar a los internacionales José Antonio Caro John, Doctor en Derecho (Dr. Iur.) por la Universidad de Bonn- Alemania, Magíster en Derecho Comparado por la Universidad de Bonn (Alemania), Doctor en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra (España) y Profesor Visitante de la Cátedra Latinoamericana de Derecho Penal Económico de la Universidad Externado de Colombia. Susana Castañeda Otsu con Estudios de Doctorado en Derecho Constitucional por la Universidad Complutense de Madrid, Profesora Principal de la Academia de la Magistratura. Catedrática de la USMP, en la Maestría de Derecho Procesal y Derecho Penal, PUCP. Rennée Villagra Cayamana, Máster en Tributación por la Universidad de Florida- EE.UU., Tomás Aladino Gálvez Villegas, Maestro en Derecho Penal por la UNMSM. Fiscal Ajunto Supremo de la Fiscalía de la Nación. Catedrático de la Maestría en Derecho Penal en la UNMSM, Universidad Privada de Tacna. Autor de diversas obras jurídicas especializadas en Derecho Penal y Procesal Penal. Luis Miguel Reyna Alfaro Profesor de la UIGV y UPSMP. Profesor del Programa de Maestría en Derecho Penal del Instituto de Estudio e Investigación Jurídica, sede León (Nicaragua) y Becario de la Fundación Carolina (España). Paolo del Águila Ruiz de Somocurcio, Abogado por la PUCP. Doctor en Derecho. Docente Pontificia Universidad Católica del Perú. Secretario del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima. Ha sido Miembro de la Comisión de la Elaboración de la Nueva Ley del Sistema Concursal Peruano. También podemos mencionar a Manuel Román Olivas, Magíster en Derecho Empresarial por la Universidad de Lima, con Distinción de "Magna Cum Laude". Juez Comercial de Lima. Docente de la UNMSM y UTP. Del mismo modo que a Daniel Villavicencio Eyzaguirre, Contador Público Colegiado por la Universidad Ricardo Palma. Master en Asesoría Fiscal Fundación Universitaria San Pablo- España. Funcionario de la SUNAT-Lima en el área Gerencia de Programación y Gestión de Fiscalización. Docente en el Programa de Derecho Tributario del CCPUCP. Docente de Postgrado de la Universidad de Chiclayo en la Maestría en Tributación. Autor de Obras Jurídicas Colectivas en Materia de Derecho Tributario. Contamos también con el Doctor Marco Huamán Sialer, Doctor en Derecho. Docente Pontificia Universidad Católica del Perú, UNMSM, ESAN. Presidente del Tribunal Aduanero. El Doctor Javier Laguna Caballero, Doctor en Derecho. Docente Pontificia Universidad Católica del Perú y ESAN. Dra. María Isabel Rozassa Pizarello Economista. Doctora en Ciencias Económicas (EE.UU.), Del mismo modo, nos visitan los doctores, César Aníbal Fernández Fernández, Doctor en Derecho pro la PUCP. Docente en la Pontifica Universidad Católica del Perú, Universidad Femenina del Sagrado Corazón y Universidad Privada San Martín de Porres, la Dra. Marianella Ledesma Narváez Doctora en Derecho y Ciencias Política (UNMSM), Magíster en Derecho Civil y Comercial. Docente Pontificia Universidad Católica del Perú y Carlos Portocarrero Mendoza, Maestría en Derecho Mercantil por la Universität Pompeu Fabra- España. Socio del Estudio Loli y Portocarrero. Catedrático del Derecho de los Contratos en la UNMSM. Esto se complementa con docentes de nuestra Universidad de reconocido prestigio en cada una de las especialidades que ofertamos en nuestros Programas de Maestrías en Derecho.

— Señor Director ¿y con qué convenios cuenta la Sección de Postgrado de Derecho?
- Este campo también es otra de nuestras fortalezas, pues nuestra Universidad ha suscrito Convenios Internacionales de Postgrado, permitiendo que nuestros alumnos de las Maestrías y Doctorados de Derecho puedan continuar sus estudios en el exterior, con las respectivas homologaciones y/o becas que se procesen según cada requerimiento. Estos Convenios suscritos son con: El Consejo de Regentes del Sistema de Universidades de Georgia y la Universidad de Georgia (EE.UU.), el Consiglio Nazionale delle Ricerche - Istituto di Scienze Marine (Italia), con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Fulda (Alemania), la Alianza Estratégica de Universidades para el Desarrollo de la Educación superior del Perú- Liverpool John Moores University, con el School of Computing & Mathematical Sciences (Reino Unido de Gran Bretaña), con la Universita Degli Studi Roma Tre (Italia), con la Universitat de Valencia (España), y con la Universidad de Murcia (España), Universidad de León (España), Universidad de Vigo (España), y el último convenio firmado hace pocos días con la Embajada de Francia en el Perú y la Alianza Francesa de Trujillo. Todas estas instancias suponen un valor agregado de primerísima calidad en beneficio de nuestros maestristas y doctorandos.

lunes, 16 de marzo de 2009

ENTREVISTA AL DR. PABLO SÁNCHEZ VELARDE

“El país se indignaría si Fujimori es absuelto”

El suyo es un destino marcado por el trabajo en la Fiscalía. Desde que sintió el llamado del Derecho ha sido, sucesivamente, Técnico en abogacía, Secretario letrado de la Fiscalía Suprema Penal, Abogado del Pool de Fiscales, Fiscal Adjunto Provincial destacado a la Fiscalía Suprema Penal, Fiscal Adjunto Superior, Fiscal Provincial y Fiscal Superior Penal Titular. Antes de ser designado como Fiscal Supremo Titular se desempeñó como Fiscal Superior Especializado para casos de corrupción y a la vez Fiscal Superior Coordinador de las Fiscalías Especializadas Anticorrupción. Todos los cargos han sido suyos alguna vez, de ahí que esto haya pesado sustantivamente al momento de elegirlo como nuevo presidente de la Academia de la Magistratura. Al margen de las nomenclaturas, el Dr. Pablo Sánchez Velarde goza de una franca estima en la opinión pública y los hombre de leyes, y todos reconocen su autoridad y honestidad como acusador del Estado. Aquí las impresiones de un hombre nacido para ser Fiscal.


— ¿Cómo así decidió ser abogado?
— En realidad yo andaba interesado por la vida militar o la psicología, pero por cosas de la vida postulé a derecho e ingresé. Al poco tiempo, desde el cuarto año, me pongo a trabajar en la Fiscalía, pero desde un año antes ya era asistente de cátedra del doctor Hurtado Pozo. O sea que desde hace más de 25 años tengo un pie aquí y otro allá. Desde mis prácticas en la Fiscalía ya me identificaba con este organismo, y progresivamente hemos desarrollado un cariño por nuestro trabajo y por la institución.

— ¿Diría usted que es un cariño correspondido?
— Bueno, la mitad de mi vida la paso en la Fiscalía y la otra mitad en mi casa y en las universidades, pero creo que más horas le dedico a la institución. Felizmente mi esposa y mis hijos comprenden mi trabajo.

— Y cómo así en el área penal.
— En verdad, me dedico al área penal por la motivación que encuentro en mis profesores de aquel tiempo, en San Marcos, como Hurtado Pozo, Roy Freyre, García Rada, entre otros. A mí me impactaban mucho sus clases, y por ahí me vengo a interesar por la materia.

— Años difíciles en San Marcos, ¿no?
— Muy difíciles, sí, había intervenciones policiales, sendero, marchas, el muro sanmarquino y cosas por el estilo.

— ¿No militó usted en algún grupo político?
— No, no, nosotros más bien éramos un grupo académico.

— Un grupo de ‘nerds’…
— No, no (risas) para nada, teníamos mucha consideración de parte de nuestros compañeros.

— A estas alturas de su vida, qué satisfacciones le ha dado su trabajo en la Fiscalía.
— Pues… (Piensa), muchas, muchas. Me ha permitido tomar decisiones para el país y para los particulares, pues cuando uno ve un caso no distingue entre un caso grande o pequeño porque todos son importantes.
— ¿Por ejemplo?
— Bueno, el caso Montesinos, homicidios múltiples, en fin, una serie de casos que nos dejan satisfecho por la labor desempeñada, a pesar que una de las partes siempre tiene un sentimiento inconforme con las resoluciones.

— Qué concepto se ha formado de la verdad en base a todos estos años de experiencia como fiscal.
— La verdad es lo que se espera alcanzar en todo proceso jurídico, pero tenemos que distinguir: Hay una verdad absoluta, que es la verdad ideal que esperamos alcanzar, pero en el trabajo judicial a veces conseguimos la verdad absoluta y a veces la verdad concreta, que es la verdad que se desprende de la investigación y el cotejo de las pruebas. Nuestra misión es lograr que la verdad absoluta coincida con la verdad concreta o material.

— Cómo hacer posible esa concurrencia.
— Es difícil, sin duda. Por ejemplo (y este es un caso de Trujillo, por cierto): Una violación de una menor de 14 años a quien se deja embarazada. El sujeto admite que tuvo una relación pero que no es el padre, y la chica lo señala como el padre de la criatura. Sigue el proceso, se exige la prueba del ADN pero no se practica, y se encuentran una serie de pruebas que incriminan al sujeto. Se dicta una sentencia de 20 años. Va a la Suprema y confirman la sentencia. La joven cumple los 18 años, va a visitarlo al penal y convienen en que se practique la prueba del ADN: Resulta que el niño no es suyo. Plantean una acción de revisión, se revisa la sentencia y absuelven al sujeto. Entonces la verdad concreta se desprende del estudio del caso particular, y no siempre se alcanza la verdad en términos absolutos.

— ¿La judicatura está preparada para ir en busca de esa verdad absoluta?
— Yo creo que en los últimos años ha habido una gran evolución en el trabajo jurisdiccional, especialmente porque los mismos jueces y fiscales se han ido autocapacitando para alcanzar los diversos cargos judiciales. Hoy la competencia es fuerte. Además, hay mucha capacitación institucional, y eso es un avance sustantivo. Dentro de la Academia, por ejemplo, tenemos todo un programa de perfeccionamiento y capacitación para jueces y fiscales a nivel nacional.

— Por cierto, usted fue el único Fiscal elegido en un concurso a nivel nacional, ¿verdad?
— Sí, el año 2006. Hubo un concurso para vocales y fiscales superiores, dimos el examen, y luego de la entrevista fui el único que salió designado.

— Felicitaciones. Cómo ve la implantación del nuevo Código Procesal Penal en el país.
— Gracias. Yo tengo 2 lecturas: Una como docente y otra como Fiscal y presidente de la Academia.

— Nos interesaría especialmente su última lectura…
— Las dos coinciden. Vea, como docente siempre hemos estado involucrado en el tema de la reforma, a pesar que ya lleva muchísimos años anunciándose y recién se ha logrado implantar con alguna seriedad. Este código tiene tres líneas que convergen en el tema de la garantía: desde el proceso mismo, para el imputado y a favor del agraviado, entonces es un modelo procesal garantista y de corte acusatorio, es decir, con características propias de un sistema americano. En este sentido, el Código tiene vigencia progresiva en el país. Huaura, La Libertad, Tacna, Moquegua, Arequipa, y se espera que a partir del mes de abril entre en vigencia en Tumbes, Piura y Lambayeque.

— Pero la reforma también debería ir un poco más allá de la judicatura misma ¿no?, porque al final el problema central sigue siendo el profesional que se forma en las universidades.
— Bueno, todo proceso de reforma tiene tres líneas básicas: la norma, la persona y el lineamiento institucional. Una ley no vale nada si el elemento humano no está preparado para asimilarla y hacerla cumplir. Entonces, tenemos una buena ley, y estamos capacitando a jueces, fiscales y abogados para que se aplique correctamente la norma. A nivel de las universidades, efectivamente, sería deseable que a mitad de la carrera los mejores estudiantes vayan siendo estimulados para formarse en la judicatura.

— ¿Está de acuerdo en cerrar la creación de Facultades de Derecho, tal como ha propuesto el CAL?
— Es un tema discutible, yo estoy de acuerdo con la buena formación en las universidades, si hay que hacer reformas en estos niveles bienvenidas sean.

— Tomás Moro habla de una sociedad feliz sin abogados…
— Bueno, habría que ver eso (risas)

— Dr. Sánchez cómo está viendo el proceso a Fujimori.
— A pesar que casi no tengo tiempo de seguir los informes en los medios, creo que es muy importante el trabajo que viene haciendo la Fiscalía, encabezado por el Dr. Peláez y su equipo, que nos merecen el mejor de los respetos.

— Algunos prefieren el trabajo de Avelino Guillén, especialmente al momento de los interrogatorios…
— Bueno, es cuestión de gustos y formas de trabajar.

— Qué le parece la defensa de Nagasaki.
— César Nagasaki es un excelente orador, tiene participaciones muy interesantes y lo demuestra a cada momento. Tiene un magnífico perfil de un abogado defensor. Lo que no me resulta del todo claro es su defensa a varios personajes vinculados al caso Fujimori.

— ¿Considera que la tesis de fondo de la autoría mediata está bien planteada?
— Es un tema que se ha sustentado ya en todos sus aspectos, pero no es un tema completamente dibujado y agotado en la norma penal. Justamente la doctrina se encarga de desarrollar, debatir, analizar y obviamente no se puede, digamos, asumir una postura en forma categórica.

— No existe una prueba fidedigna o concreta que lo incrimine ¿no?
— Bueno, en casos de esta naturaleza, que son casos complejos, las circunstancias, las formas, los hechos que se han producido son los que nos van a dar luces sobre la participación directa o no de Fujimori.

— Cuál sería la prueba ideal para condenarlo.
— Es difícil, en realidad, que yo le señale alguna prueba ideal porque potencialmente puedo conocer del asunto por razón de mi trabajo, de manera que por el momento prefiero no hacer juicios de ningún tipo.

— Cómo cree que reaccionaría el país si Fujimori es absuelto.
— Ehh… (Piensa). Es una pregunta difícil, pero creo que reaccionaría con indignación. En todo caso hay que estar preparado para ambos escenarios, y habrá que respetar la decisión de la Sala
.
Agradecemos a la Escuela de Postgrado UPAO por las facilidades concedidas para esta entrevista.

domingo, 23 de marzo de 2008

ENTREVISTA A MAGDIEL GONZÁLEZ, EX MAGISTRADO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


El marxista del TC



Siempre ha sido de perfil bajo. Por eso nos sorprendió su locuacidad en esta entrevista, inicialmente planteada con fines netamente académicos, desbordada en una conversación ideológica y de coyuntura. Magdiel Igdalías González Ojeda (pocos conocen que su tercer nombre es Senen, todos de inspiración bíblica) es un constitucionalista arequipeño nacido en 1938, y hasta el año pasado, la cuota marxista en la conformación del Tribunal Constitucional, aunque pocos lo reconocen. Terminado sus estudios de Filosofía, inició sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional San Agustín y luego se fue a un postgrado en la República Federal de Alemania. Desde entonces ha estado vinculado a la magistratura y a la vida académica. “Tuve una etapa donde fui abogado de obreros y sindicalistas, pero fue por poco tiempo. He sido sobretodo, oiga usted, un profesor universitario”, dice a sus 70 años con la cadencia inconfundible de un characato ilustrado, ahora dedicado plenamente a sus clases de postgrado en universidades limeñas y del interior. Es autor de cuatro libros, y actualmente prepara un próximo trabajo sobre la materia que ha cultivado en buena parte de su vida: el Derecho Constitucional.


— El Derecho Constitucional nunca pierde vigencia, ¿no?, a pesar de las nuevas corrientes.
— Es que es la base fundamental de todo Estado, y hoy en día más que nunca. Fíjese, a partir de los inicios del siglo pasado hubo un cambio total a nivel del Estado moderno, pues si bien es cierto hasta esa época su fundamento era la ley y el Estado de Derecho, se empezó a trabajar en el sentido de que el fundamento real era la Constitución. Lo que pasa es que aquí esto nos ha llegado un poco tarde, y los operadores jurisdiccionales, por ejemplo, aún siguen pensando en la ley, sin tomar en cuenta que hoy deben seguir a la Constitución, pues la ley prácticamente está en quiebra.

— ¿En quiebra?
— Quiero decir que la ley hoy en día ha perdido sus características básicas. Si bien antes el Congreso de la República era la expresión de la voluntad popular, hoy ya no significa eso; entonces tenemos que recurrir a un poder constituyente que aglutine a todas las fuerzas vivas, pues la Constitución es la norma suprema que guía todo el sistema político y social de un país.

— Cómo debemos entender la Constitución del ’93, actualmente en vigencia.
— Esta Constitución tiene un origen bastardo, pues no fue debidamente aprobada y ha dejado de lado muchos derechos reconocidos en la Constitución histórica del Perú. Fíjese, cuando surge el Estado moderno, la burguesía, los campesinos, etc., convienen en que el Estado se constituya no sólo como el guardián de determinados principios, sino como el garante de que estos se apliquen, por ejemplo, la soberanía popular; pero había otros como la libertad, la seguridad y la propiedad privada. Aquí es donde la Constitución ha claudicado completamente. Por ejemplo, la libertad supone no solamente que a uno no lo detengan, sino que también pueda acceder a la cultura, y usted sabe que gran parte de nuestros hermanos peruanos ni siquiera están en la cultura del siglo XX. No es posible que sigamos siendo los últimos del planeta; en este sentido el Estado está ignorando una responsabilidad fundamental. Otro de los principios vulnerados es el de la seguridad. Hoy en día se discute la seguridad en un sentido material, pero oiga usted, se está olvidando la verdadera seguridad del hombre, es decir, no podemos decir que en este país existe seguridad cuando más del 40% no tiene una alimentación adecuada.

— Correcto, pero también hay toda una variedad de temas diseñados en la Constitución, que francamente resultan ser un saludo a la bandera.
— ¿Y sabe usted por qué? Porque el Estado prefiere otras cosas que no son esenciales. Oiga usted, en estos momentos que tenemos al frente un TLC, mi pregunta es qué porcentaje de trabajadores del país tienen conocimientos de informática. Así no podemos competir…

— Ud. ha mencionado que esta Constitución tiene un origen bastardo. Cuál es la alternativa, ¿regresar a la del ‘79?
— Vea usted, el Tribunal Constitucional (TC) ha dicho que hay varios caminos, y la Constitución del ‘93 no está del todo mal, por ejemplo la Defensoría del Pueblo, el mismo TC, entre otros casos. Fíjese, en el congreso anterior ya se discutió prácticamente el 80%, eso podría implementarse, podría ser un camino…

— ¿Usted no tiene una posición?
— (Piensa) Ehhh… este… Mi posición es que deberíamos ir a un nuevo consenso social.

— Una Asamblea Constituyente.
— Así es, ¿sabe usted por qué? Porque este país desde que fue república ha marginado a las grandes mayorías, por eso la gente no entiende lo que es la Constitución.

— Se supone que este es el gobierno de las mayorías, ¿no?
— Yo no creo que este sea de las mayorías, oiga usted, incluso se ha alejado de sus viejos paradigmas ideológicos, se olvida de que el país no es sólo Lima, es también toda la sierra, nuestra selva…

— ¿Confía en que Alan haga un buen gobierno?
— Mire usted, no se trata solamente de una persona. Yo no confío en que se pueda solucionar las cosas sino se tienen en cuenta todos los planos. No creo que algunos tengamos que apretarnos el estómago para salir adelante, no lo creo. Yo preguntaría, oiga usted, quiénes son las personas que más están aportando, porque aquí tenemos contratos de estabilidad que no permiten que el Estado cobre lo justo al capital que explota nuestros recursos…

— Usted cree que deberían revisarse…
— Yo creo que sí, y el TC ya lo ha dicho en una sentencia: Las empresas debe pagar regalías –que es distinto a pagar impuestos- por el daño permanente que dejan en nuestros suelos. ¿Acaso queremos otra Oroya, donde casi el 80% de su población tiene plomo en la sangre? Queremos, oiga usted, que respeten el medio ambiente y nos paguen lo que deben pagar como hacen en Europa. Lo único que quieren es sacar, sacar, y así no es pues.

— Pero si es una sentencia del TC por qué no se cumple.
— Porque… este… Acá en el país, es posible, que los encargados de hace cumplir las sentencias, es decir, los operadores jurisdiccionales, no lo hagan, incluyendo operadores estatales como el MEF o la SUNAT. Yo creo que ya es tiempo de que haya desarrollo en el país, que en la medida de que se vaya invirtiendo se vaya redistribuyendo, apostando por crear fuentes de trabajo, oiga usted.

— Inversión privada…
— ¿Y por qué no a través del Estado…?

— Usted sigue siendo comunista, ¿no?
— No se trata de que sea comunista o no. Yo no estoy en desacuerdo con el tipo de Estado moderno, el asunto está en que en el Estado Social y Democrático de Derecho hay una mayor participación de la población.

— Pero las fuentes de trabajo no las da el Estado.
— Pero puede crear las condiciones. En este momento, por ejemplo, no se invierte en carreteras de penetración. Yo he estado hace poco en Puno, y me he encontrado con enormes edificios, ¿de quienes son?, son de las municipalidades, pero su población no tiene servicios básicos. Las universidades deben apoyar la falta de preparación de sus autoridades, eso debe propiciar un acercamiento, oiga usted, que nos libere…

— Pero si las universidades paran de huelga en huelga, oiga usted…
— Ese es otro de los grandes problemas. El TC dijo que les paguen a los docentes, oiga usted, y hay hasta una ley que orden que les paguen, pero el MEF ha dicho: No se les paga. Es absurdo, oiga usted…

— Pero entonces el TC está pintado en la pared, maestro…
— En muchas cosas, lamentablemente.

— También está el caso del FONAVI.
— Acá en Trujillo, oiga usted, una jueza, parece que no ha querido notificar al JNE; eso quiere decir que el Poder Judicial o es manipulado o el juez está esperando que le digan lo que tiene que hacer.

— Pero imagínese, si las sentencias del TC no son acatadas como deben, qué se puede esperar de las resoluciones de organismos inferiores.
— Los que deben hacer cumplir las sentencias, oiga usted, son los jueces, que son los llamados a hacer cumplir la ley. Algo está pasando en el PJ, lamentablemente.

— ¿O en el Ejecutivo, no? En el caso del FONAVI parece que no hay voluntad de acatar.
— Y sabe usted una cosa, no es como se dice que hay que dar 60 mil millones, no, no. Se presentan hasta ¡ocho alternativas para hacerlo! No es justo que se diga “¿y de dónde voy a sacar la plata?”. Oigame, entonces alguien se la llevó. La pregunta es quién lo tiene o en qué se lo han gastado.

— Lo que se dice es que podría producir un gran forado en las arcas del Estado.
— Sí, pero, oiga usted, por qué no se piensa con la misma lógica en el tema de la deuda externa. No, no, no. No podemos hacer “perro muerto” a nadie, ni adentro, ni afuera.

— Por cierto, qué tal su experiencia en el Tribunal Constitucional.
— Ha sido una gran experiencia y yo le agradezco al país que me dio esta oportunidad. Para mí ha sido una escuela extraordinaria porque he estado frente al Derecho vivo, y algo más, teniendo yo las ideas que tengo, siempre he combatido los abusos, la exclusión, o sea que para mí ha sido un honor servir a mi patria.

— ¿Es verdad que usted muy pocas veces ha tenido votos singulares, y siempre ha sido solícito con sus demás colegas?
— He tenido algunos, sí. Lo que pasa es que he tenido colegas extraordinarios, a pesar que eran opuestos a mis ideas, oiga usted, por ejemplo, Víctor García era aprista, Alva Orlandini de AP, en fin. Lo bueno era que a pesar de las discusiones, siempre llegábamos a un consenso, y eso sólo se daba porque, a pesar de nuestras diferencias políticas, nos afanábamos en encontrar el justo medio.

— Le había preguntado, doctor, si usted sigue siendo comunista. He sabido que, por lo menos en sus épocas estudiantiles, usted pertenecía a los ‘pekineses’…
— No, no. Yo he sido dirigente del FER (Frente Estudiantil Revolucionario), y allí habían varias fuerzas, los ‘pekineses’, los ‘pro soviéticos’, los ‘patria’, etc. En todo caso me he juntado más con los segundos…

— Y ahora qué tendencia tiene.
— Bueno… (piensa), yo soy marxista. Y seguramente me van a decir que son ideas trasnochadas, que ya se cayó el muro, etc. El marxismo, oiga usted, no es una receta, son metodologías de estudio de las sociedades…

— Lo que fracasó en la Unión Soviética qué fue.
— Fue la forma de aplicar el marxismo, y ese error viene de Stalin. Stalin prostituyó el marxismo. El materialismo histórico nos permite conocer la realidad y solucionar problemas concretos, eso nunca se entendió en al país, es por eso que para mucha gente no sirve.

— ¿Usted tiene la esperanza de una nueva ola de reformas socialistas?
— Bueno, no necesariamente, pero existe, oiga usted, esa tendencia –en el mundo- de volver al marxismo. No digamos al viejo Marx, sino que hay que entender, por ejemplo, temas como la globalización económica, eso no se puede desconocer, es necesario aprovecharlo, los tribunales supranacionales, los medios informáticos, etc.

— A nivel regional, cómo está viendo la orientación de la izquierda, especialmente por la influencia de Chávez.
_ Yo creo que están exagerando con el protagonismo de Chávez. Primeramente, él es un hombre que no tiene una ideología, es un gobernante que…

— Y su ¿”pensamiento bolivariano”?
— Ése es el problema. Habría que definir cuál es su “pensamiento bolivariano” porque este hombre dice una cosa y luego en sus acciones se contradice.

— Lo cierto es que tiene una gran ascendencia en Ecuador, Bolivia, Nicaragua…
— Es que, ciertamente, por ejemplo, en Venezuela, esa gente antes estuvo abandonada, hoy tiene salarios de 500 dólares mensuales, y todos tienen trabajo. Además de ello, los cubanos los están apoyando con sus médicos. En este momento, oiga usted, en Bolivia hay grandes hospitales cubanos…

— Y hay también hay Casas del Alba, ¿no? Usted cree que son un peligro?
— No lo creo, obviamente que es un peligro para el pensamiento de Bush, pero ¿acaso el pensamiento de Bush es nuestro pensamiento? ¡Por favor!

— Deberíamos abrir las puertas a las Casas del Alba entonces, con todo lo que ello supone…
— Mi pregunta es qué actividad del hombre no es política. Si nos preocupamos por los problemas más urgentes del país las “casas” se caen solitas. Mire cómo está la salud, no hay medicinas, ¡Cuba exporta sus médicos!

— ¿A usted le gusta el modelo cubano?
— Obviamente tiene sus ventajas, pero no podemos juzgarlos con nuestros propios parámetros. Ellos tienen educación, trabajo, no tienen todo, pero…

— No tienen libertad.
— Pero de qué libertad me habla usted. ¿Usted tiene libertad plena acá?

— Tal vez no plena, pero al menos podemos expresarnos…
— Allá también…

— Aquí hay multipartidismo.
— Pero eso no es libertad. La libertad empieza por la cultura, ¿o usted cree que nosotros somos más libres?

— ¿Usted cree que los cubanos son más libres que nosotros?
— ¿Usted cree que los habitantes de la sierra son libres? Oiga usted, si no saben nada de la internet, de la globalización, ¿usted cree que sean libres?

— ¿Son prisioneros...?
— Son prisioneros de esta sociedad y de la exclusión permanente.


— Pero en Cuba la gente no puede salir de la isla, maestro, todos quieren escapar a las costas de Miami…
— Eso es lo que nos venden los medios. Oiga usted, ¿usted sabe cómo empezó la China? ¡Allí todos tenían el mismo uniforme!, ¡hombres y mujeres! Hoy en día es el país más poderoso del mundo, diez o veinte veces más poderoso que EE. UU., es impresionante. Esto quiere decir que su sistema ha ido progresando.

— Y cada vez con menos socialismo, ¿no? El capital ha penetrado fácilmente…
— No, no, el capital supone propiedad privada y eso no existe en la China.

— Hay unas últimas reformas que han iniciado pasos en ese sentido.
— No, no tampoco. No hay posibilidad de competir con la China, no hay posibilidad.

— El modelo chino es su paradigma, ¿no?
— No para mí, yo no quiero un modelo chino, ¡ni copia ni calco de nada! El modelo que debe implantarse en el Perú es el que le corresponde al país de acuerdo a sus propias necesidades.

— Hablemos de ese modelo entonces. Qué modelo debería seguir el Perú.
— Yo pienso que si todos somos iguales, el Estado debe asumir su responsabilidad de proveer educación, salud y paz, entonces, el sistema va a ser otro, sin exclusiones, donde se respeten las diferencias. El indio no puede seguir marginado, oiga usted, debemos respetar nuestras tradiciones, nuestra cultura, ¡hay que cambiar el sistema!

— Eso también dice Ollanta, ¿no será usted de sus filas?
— No, no, ¡yo soy marxista!, lo que no quiere decir que tenga un compromiso con el pasado sino con el futuro, pero con las lecciones del pasado. Esa es la forma. Debemos fortalecer los partidos políticos, y deben fijarse políticas de Estado a largo plazo para que sean respetadas por los que lleguen al gobierno. No es posible, por ejemplo, que el tren eléctrico, que fue inaugurado por Alan García –y yo no soy aprista- no se haya terminado. Lo que pasa es que hay unos miserables que no lo quieren concluir por cuestiones de política. Castañeda no lo quiere hacer y eso nos cuesta millones. ¿Eso le parece justo?

— Por quién voto en las últimas elecciones.
— El voto es secreto (sonríe).

— Por último, doctor González, qué puede comentarnos de su paso por la UPAO en la sección de postgrado.
— Bueno, yo estoy muy agradecido a sus autoridades académicas por haberme permitido conocer la universidad, que de por sí es impresionante en su infraestuctura, y ser parte de su plana docente. Yo conozco casi todas las universidades del Perú, y la UPAO es una de las más competentes, oiga usted. Créame que para mí ha sido gratificante haber compartido todo este tiempo con mis alumnos de estas promociones, a quienes deseo lo mejor en sus vidas profesionales. Me llevo los mejores recuerdos.


Agradecemos a Postgrado UPAO, sección Derecho, por las facilidades para esta entrevista.