domingo, 28 de febrero de 2010

ENTREVISTA A GONZALO DEL RÍO

“El problema no es el Código Procesal Penal sino la formación de jueces y fiscales”

Se podría decir que es el más formalito de los Del Río (de sus hermanas Patricia y María Luisa se puede decir exactamente todo lo contrario), pero no nos engañemos, por lo menos su pinta tira más para rockero que para abogado: zapatillas, jean, y una camisa al vuelo que hace juego con su melena descuidada. Encima viene diciendo, entre risas: “No me gustan las reglas, por eso estudié Derecho”. Así y todo es uno de los más jóvenes profesores de la Academia de la Magistratura, ha trabajado junto al reconocido jurista español José María Asencio Mellado, sigue a Murakami, y viene ultimando detalles de sus próximas publicaciones de la especialidad. La conversa se realiza al filo de la hora del bitute, interrumpida discretamente por sus colegas trujillanos. Empezamos. ¿Fumas?, pregunta alguien con cierta ansiedad. No gracias, paso.

— ¿Qué tal su experiencia en España?
— Muy buena, yo creo que siempre irte a otro país te abre los ojos en muchas cosas. España tiene una cultura de investigación, escribí allí mi tesis doctoral, pero sobretodo aprendí a escribir (risas)…

— ¿No sabía escribir?
— Yo creo que escribir en derecho es una de las tareas más difíciles que hay; escribir en serio, digo, como San Martín, Azabache u otros estudiosos que sí han creado dogmática en el campo del derecho. Mi tesis, por ejemplo, me demandó cuatro años de trabajo. Es una tesis que trata sobre las medidas cautelares personales del proceso penal con excepción de la detención que no es –para mí- una medida cautelar, y que actualmente vengo revisando para publicarla en España.

— Cómo ve hoy en día el derecho procesal penal.
— Bueno, alguien me decía que el derecho procesal penal no ha avanzado tanto, en cambio en el proceso civil se sigue revisando y se sigue produciendo. Una cosa cierta es que sobre derecho penal se ha escrito muchísimo más que en derecho procesal…

— Será porque todavía hay un prejuicio de que el derecho procesal, y en general el proceso, es meramente instrumental, adjetivo…
— En esencia es otro tipo de dogmática, definitivamente. Lo que ahora tenemos es un desarrollo más vinculado al derecho procesal aplicado y a la solución práctica de problemas.

— Monroy le otorga al derecho procesal la categoría de ser un indicativo de la civilidad…
— Yo creo además que tiene que ver con el sentido común. Yo no pretendo que se haga teoría del derecho procesal puro. Hoy por hoy los clásicos siguen siendo la referencia en el derecho procesal: Carnelutti, Calamandrei. Pero creo que incluso en esto de un derecho procesal aplicado ni siquiera se resuelven temas puntuales que forman parte del sentido común, de una lógica general de un proceso oral, público, contradictorio, etc.

— Un profesor aconsejaba, hace algunos años, que ya no había que dedicarse al derecho procesal, que es una rama en extinción, que nos íbamos a quedar sin chamba…
— … Eso es impensable. En el derecho penal será impensable siempre; en el derecho civil, creo que la cosa todavía tiene para muchas centurias de buena salud.

— Hablemos del nuevo CPP, un poco pasada la emoción de su puesta en vigencia. Para empezar, ¿diría que fue una buena idea este nuevo ordenamiento procesal?
— Bueno, yo vengo de una ciudad en la que no hay un nuevo código todavía, y por mucho que uno viaje por varias ciudades no tengo una percepción completa del asunto. Ayer justamente leía un trabajo de Roxín publicado en México que establecía que en 1920, en Alemania, tenían el mismo problema que ahora tenemos nosotros: Qué hago con el Ministerio Público, dónde lo coloco, controla o no controla a la policía, dirige o no la investigación, etc. Es decir, en el derecho procesal las discusiones de este tipo son eternas. Hoy en día, los alemanes siguen discutiendo cuál es la función del Fiscal, la policía, etc. En España, en Australia, también pasa lo mismo. Esta discusión es absolutamente inevitable, y las reformas vienen muchas veces acompañadas de pasiones, que es lo que viene ocurriendo actualmente en nuestro país.

— Qué aspectos rescataría, objetivamente.
— Mi amigo, el profesor Espinoza, ha dicho que en nombre de la oralidad se están perpetrando una serie de tragedias, porque probablemente un cambio de modelo excita o exagera ciertas posturas. El profesor Ávalos apunta uno de los grandes defectos, que es que hoy en día el juez se ha convertido en un ser excesivamente neutral, y eso en un país como el Perú puede plantear algunos problemas. En las películas americanas suele pensarse que el juez es sinónimo de neutral, pero la verdad es que el juez llama al despacho a los abogados, se niega a recibir algún tipo de pruebas, hasta se encapricha en algunos casos, o sea que de neutralidad nada, por el contrario, tiene un altísimo nivel de discreción.

— Es un buen código entonces.
— Para mí en realidad el problema no es el código. Lo que pasa es que pensamos que un código resuelve todos los problemas del sistema judicial, cuando el verdadero problema es la formación de jueces y fiscales. Yo sí creo que con el código anterior las buenas personas no podían hacer mucho, pero finalmente la justicia es un asunto de personas. Prueba de ello es que uno de los procesos más ejemplares de Latinoamérica, como es el caso Fujimori, lo han llevado de un modo impecable y al amparo del código anterior.

— Tiene un balance positivo, ok.
— Sí, definitivamente no podemos estar en contra. Algo más, hace poco estuve en una reunión en La Católica donde toda la mañana se pasaron hablando de la formación del abogado, no de la función de jueces y fiscales, y cuando yo les pregunto sobre ello me respondieron que de la Católica no salen jueces y fiscales, y eso no es verdad. Hoy en día hay una gran cantidad de estos funcionarios que salen de la Católica y de las mejores universidades del país.

— Y en qué medida la función de jueces y fiscales tendría que ser distinta de los demás abogados.
— Yo creo que sí tiene que ser distinta, de hecho los franceses, por ejemplo, lo tienen muy claro: allí quien resuelve ser juez elige prácticamente una Facultad de Derecho Judicial, que tiene las mismas bases de la abogacía, pero que incluye algunos matices académicos muy particulares. En España ya está pasando algo similar. Aquí en el Perú creo que hay que crear una Escuela Judicial o que por lo menos las universidades tengan un enfoque determinado, especialmente desde una perspectiva ética.

— Claro pero ese es un problema más complejo porque va mucho más atrás…
— …Sí, pero yo sí creo que hay espacio para ‘enderezarlos’ en la universidad, y es un momento clave para que asimilen con seriedad algunos conceptos éticos.

— Bien, y qué figuras deberían ser incluidas en el código en base a su experiencia en España.
— España es un mal ejemplo porque tiene un código del siglo XIX, y en cuanto a la formación estamos muy lejos de España, Alemania o Italia. Los exámenes que se toman aquí, por ejemplo, para ser jueces o fiscales no son un mecanismo serio para seleccionarlos, siendo netamente memorísticos, con un tipo de entrevistas, o sea, hay muchas cosas que cambiar. Que el código tenga otra nueva institución por ahora no debe preocuparnos mucho, tal vez ampliar el principio de oportunidad o crear departamentos de fiscalía se den con el tiempo, siempre que –insisto- se cuente con gente capacitada.

— Un tema que no quería dejar de lado es el tema penitenciario, en qué medida está vinculado a la modernidad del nuevo ordenamiento.
— Yo creo que está vinculado en el sentido de que descongestiona cárceles, y eso es objetivo. Veía en el avión estadísticas de Trujillo, Piura, y me quedé sorprendido porque el número tiende a bajar, y eso es porque se cuenta con un código más coherente en la aplicación de la prisión efectiva. También hay mucho por hacer todavía en este campo, pero de lejos se ve que el nuevo código está dando resultados.

— Por último, qué planes en el nivel académico.
— Lo que más deseo ahora es escribir, quiero parar un poco con la enseñanza, seguir en la Academia de la Magistratura, en la Católica, pero espero que este año pueda ver la luz una nueva publicación en el mundo del derecho.

Agradecemos a la Escuela de Postgrado UPAO por las facilidades concedidas para esta entrevista.

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