miércoles, 4 de abril de 2007

ENTREVISTA A RAÚL FERRERO

"SIEMPRE ME VAN A ENCONTRAR DEL LADO DE LA CONSTITUCIÓN"

Se inicia en la docencia dictando cursos de Acto Jurídico, Reales y Obligaciones. El año ’75, a sugerencia –según reconoce- de Javier Pérez de Cuellar, se le ofrece un trabajo en la Comisión de Derechos Humanos (hoy Alto Comisionado) en Naciones Unidas, a partir del cual comienza a interesarse profundamente por los temas del Derecho Constitucional. A su regreso de Ginebra, su tiempo lo divide entre la enseñanza casi exclusiva de esta materia, y la producción de libros que recogen sus ensayos e intervenciones. Su ingreso a la política se da el año ’90, llegando a ser Senador de la República, en las filas del movimiento de Mario Vargas Llosa. En esta entrevista, el Dr. Raúl Ferrero Costa, de familia de juristas y con más de uno trabajando para este Gobierno (él mismo es voceado habitualmente para diversos cargos públicos), repasa sus años de enseñanza, su experiencia parlamentaria –truncada por el autogolpe del ’92-, y sus posiciones frente a algunos temas políticos que se debaten en el país.


—Son más de treinta años en la docencia, Dr. Ferrero. ¿Algún recuerdo especial de sus primeras clases?
—Bueno, yo comencé enseñando de noche en San Marcos, y la primera promoción que me tocó enseñar tenía como 600 alumnos: se hacían llamar la “la mancha de los 600”. Era un grupo muy radicalizado pues los grupos de izquierda eran muy poderosos; y sin embargo, con esta promoción tuvimos una relación tan estrecha que después, cuando terminaron, me hicieron su padrino. Fue una experiencia linda pero también difícil porque para conocer a los alumnos les tomaba examen oral y, Ud. comprenderá, me faltaban horas para terminar. Fue una buena experiencia y un buen inicio.
—¿Es verdad que Ud. alguna vez ha plagiado un libro?
—Nunca, nunca, eso es absolutamente falso.
—Me dieron una información según la cual César Hildebrandt en uno de sus programas…
—No, yo le digo una cosa, en todos mis libros, que son muchos, Ud. puede leerlos, verlos… lo que yo creo es que más bien en la labor académica uno debe ser muy riguroso con las citas, y si alguna vez no hay una cita bien puesta en algún artículo, se debe rectificar en el siguiente pues lo que vale en el trabajo académico es la investigación que se hace, y sobretodo el esfuerzo de dar a los alumnos lo mejor de nuestras enseñanzas para que ellos aprendan a pensar.
—Bien, qué sabor le dejaron sus dos años de trabajo en el Congreso.
—Me sirvió de mucho para aprender de cerca cómo es que se hacen las leyes, y segundo, compartir con mis colegas del Senado no solamente experiencias políticas, sino también la defensa del sistema democrático, cuando asume la presidencia Alberto Fujimori y era visible que a él le incomodaban los organismos de balance de poder. Como fue elegido con una bancada pequeña en primera vuelta, se trabajó mucho en el Congreso para armar una oposición constructiva, y tan constructiva fue, que se le dio las presidencias de las Cámaras de Diputados y Senadores en el primer año, para que se consolidara más el gobierno y el sistema democrático; y el segundo año, la oposición nombró a un presidente de la oposición para que coordinara bien con el Gobierno, sin embargo esto no fue bien entendido por el Presidente Fujimori, y vino el autogolpe.
—Un autogolpe que sin embargo tuvo un respaldo popular bastante importante ¿no? ¿Cómo lo explica?
—Primero, la prensa era muy crítica con el trabajo parlamentario como lo es ahora… Ehh, bueno hoy en día lo es mucho más, claro, pero ese Congreso, en términos generales, era de muy buen nivel, donde se debatía alturadamente, se hacía mucho trabajo de comisiones, por ejemplo, yo recuerdo la Comisión de Justicia, donde nos reuníamos y debatíamos proyectos muy importantes. Era un trabajo sumamente provechoso…
—Pero esa no era la percepción de la ciudadanía, además estaba el Poder Judicial que…
—Sí, el problema del Poder Judicial era más agudo. Se quería un reforma radical del PJ. Había muchas críticas en esa época al Tribunal de Garantías Constitucionales, había insatisfacción por sus últimas resoluciones, en fin; pero, principalmente, y en esto no éramos conscientes del todo en el Congreso de la República, lo que se estaba dando era una participación muy clara del SIN en el manejo del Gobierno y en la influencia sobre Fujimori. En realidad, el autogolpe del 05 de abril es organizado desde el SIN. Nosotros, más preocupados en la labor democrática, no percibimos esto, y la verdad es que el golpe nos sorprendió a todos.
—Pese a todo, y mirando el retrovisor, qué rescataría del gobierno de Fujimori.
—Lo bueno es que puso orden. Logro que el aparato público pudiera organizarse operativamente con mayor eficiencia. Y ocurre, como con todos los gobiernos autocráticos, que los primeros dos o tres años la población lo que quieres es ver orden, y en ese orden es que se va volviendo más autocrático, y llega un momento en que los gobernantes se sienten dueños del país; entonces, vienen los atropellos, los abusos, tal como ocurrió a partir de la primera reelección el año ’95.
—Hablando del gobierno de Toledo, a la mitad de su Gobierno yace casi borrado del mapa.
—Bueno es que ha habido una acumulación de expectativas muy grandes. Después de la salida de un gobierno autocrático tan cerrado como el de Fujimori, tras el breve periodo del Dr. Paniagua, cuando asume Toledo las expectativas son tan grandes que el Gobierno no supo canalizar, y –creo que éste es el primer defecto del Presidente- Toledo trató de gobernar únicamente con sus propias fuerzas. En una reapertura democrática debió pensarse en organizar un Gobierno más amplio. Esto ha permitido que se engrandezca un oposición que no han entendido que su rol es criticar con propuestas, y esto ha generado un sensación de desgobierno como las que tenemos hasta ahora, y al Presidente Toledo le ha faltado liderazgo para conducir un nave en aguas tormentosas y agitadas.
—¿No cree Ud. que sería mejor que deje el poder, como muchos reclaman, dado que supone un riesgo demasiado alto para la democracia?
—Pero constitucionalmente es difícil. Mire, cómo es que deja el Gobierno por causal de vacancia, si las causales que dicta la Constitución son muy específicas, y no hay ninguna causal de vacancia, ninguna, hasta ahora.
—Este apoyo que le da a Toledo en los círculos académicos, no es por qué tiene algunos miembros de su familia trabajando para este Gobierno.
—(Risas). Bueno, Ud. sabrá que somos una familia muy unida pero no necesariamente todos pensamos igual. Yo tengo algunos primos hermanos colaborando con el Presidente Toledo, pero en mi caso personal mantengo mi independencia, y más allá de defender el sistema democrático y los principios del Estado de Derecho, no tengo ningún compromiso con el Gobierno ni quiero tenerlo. Lo que sí defiendo es el régimen constitucional, pero… (Risas) el hecho de tener familiares en el Gobierno no hace que yo esté con el Gobierno.
—Permítame esta pregunta: Qué opina Ud. de aquellas voces que dicen que el Perú, desde su época republicana, viene siendo gobernado por un grupo de familias, por una oligarquía…
—Esa es la misma acusación que se hace en Colombia, ¿no?, de que finalmente los mismos apellidos circulan en distintos Gobiernos. Es una crítica también en Costa Rica, en Chile… Ehh, eso es bueno y malo. Es bueno que existan familias cercanas a la cosa pública, pero lo importante para una democracia es que exista renovación. Tienen que renovarse las generaciones en el quehacer público, y si bien hay un grupo de familias que tienen interés en colaborar con algunos Gobiernos, lo importante es que lo hagan si el Gobierno se ajusta a los propios principios que cada uno defiende.
—¿No es Ud. oligarca?
—Nunca lo he sido… (Risas).
Volviendo al tema Dr. Ferrero, se ha sugerido que Toledo siga el camino…
—Perdón perdón, yo no creo en la oligarquía, no creo en la oligarquía. Lo que creo es que más bien todo Gobierno debe buscar a la gente que mejor puede aprovechar, de acuerdo a sus propias capacidades.
—Ok. Le decía que Toledo podría seguir el camino de Sonia Ghandi, que por tanta presión, dejó el poder a su Ministro de Economía después de unas semanas de haber asumido.
—Bueno, lo que podría hacer el Presidente Toledo es nombrar a un Consejo de Ministros integrado básicamente por independientes pero consensuado con la oposición, y lograr de esta forma acuerdos que permitan una mayor sostenibilidad del Gobierno, porque si sigue con esa aceptación tan baja y no hay un verdadero cambio, el riesgo es que el sistema democrático peligre. Forzar una renuncia del Presidente, o un paso al costado como lo planteó El Comercio implica que el Presidente deje que su Presidente del Consejo de Ministros ejerza más funciones y que él se mantenga como Jefe de Estado pero sin estar tan metido en el día a día…
—Lo cual sería pedirle demasiado considerando que no ha ocurrido a estas alturas de su mandato.
—No creo que sea pedirle demasiado sino que sea realista pues con una aceptación tan baja, lo natural es que integre a sectores de la oposición para ejecutar las políticas del Gobierno, y de esta forma se sostenga mejor la democracia.
—¿Qué le parece una Asamblea Constituyente?
—En estos momentos no sería conveniente pues ya tenemos demasiados problemas, pero creo que no debe descartarse que el próximo Congreso tenga facultades constituyentes a partir del 2006, o que se pueda pensar en una Constitución en el último año de Gobierno, cuando ya no haya riesgos de golpes de Estado. Tal vez al final, pero ahora crearía más confusión e inestabilidad.
—Supongamos que llegamos sin traumatismos al 2006. Paniagua, Lourdes Flores o García. ¿Por quién votaría Ud?
—Bueno es adelantarse mucho, ¿no? Yo tengo amistad con los tres. Con el Dr. Paniagua; mi excelente relación con Lourdes Flores; con Alan García hay una relación muy cordial, pero creo que… (Piensa) el 2006 nos puede deparar algunas sorpresas.
—¿Aceptaría Ud. integrar alguna de las planchas si alguno de sus buenos amigos se lo propone? ¿Eso también podría ser una sorpresa, no?
—No tengo interés, no está en mis planes integrar planchas presidenciales. Ud. siempre me va a encontrar del lado de la defensa del sistema democrático y la defensa de la Constitución. (2004)



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